Ayuda a cuidar caballos rescatados cerca de Ostia Antica y disfruta de un paseo a caballo entre pinares y ruinas romanas con un guía local. Degusta comida sencilla y vive esa calma única que solo se siente a caballo a las afueras de Roma.
Empezamos entrando al santuario a las afueras de Ostia Antica, donde el aire olía a heno y a sillas de montar de cuero viejo. Había un caos tranquilo: caballos husmeando en los bolsillos, alguien (creo que se llamaba Marta) enseñándonos a cepillar sus crines sin que nos mordieran. No soy muy de caballos, pero la forma en que estos animales se apoyaban en tu mano hacía difícil no sentir algo especial. Nuestra guía iba alternando entre italiano e inglés, a veces mezclando ambos, contándonos cómo cada caballo había llegado hasta allí. No esperaba encariñarme antes siquiera de montar.
Tras una breve clase de equitación (estaba nervioso, mis botas no eran para nada “de montar”), salimos bajo los pinos parasoles. La luz del sol se colaba en rayas y se oían las cigarras zumbando por todas partes. Cabalgar por esta reserva natural era extrañamente relajante: solo cascos sobre la tierra blanda y algún que otro grito cuando una rama estaba demasiado cerca. En un momento, la guía señaló unas paredes romanas derruidas, medio ocultas entre flores silvestres. Intenté imaginar cómo sería este lugar hace siglos; es difícil pensar en carros de guerra aquí con tantos caballos sueltos paseando.
Hicimos una parada para probar comida local, nada sofisticado, solo pan y queso con ese toque salado que solo se encuentra cerca de Roma. Compartimos anécdotas con el equipo (Li se rió cuando intenté decir “grazie mille” con la boca llena). No hubo prisas; nadie tenía ganas de volver rápido al camino ni a la rutina. El regreso fue más lento, quizá porque sabía que pronto acabaría. Aún recuerdo ese tramo silencioso bajo los árboles, donde parecía que el tiempo se detuvo un instante.
Sí, pueden participar jinetes de todos los niveles y reciben una breve clase antes de salir.
El santuario está cerca de opciones de transporte público fuera de Roma; te damos los detalles al reservar.
Usa pantalones largos y zapatillas o botas de montar; evita chanclas o tacones.
El peso máximo permitido es de 95 kg.
Los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito; consulta si quieres que niños pequeños monten a caballo.
Sí, durante la experiencia hay una degustación de comida local.
No se incluye recogida; los participantes deben organizar su transporte al santuario.
No se especifica la duración exacta, pero incluye tiempo para conocer a los caballos, cepillarlos, la clase, el paseo y la degustación.
Tu día incluye conocer caballos rescatados en un santuario de Ostia Antica, aprender a cuidarlos con ayuda del equipo, usar casco para tu seguridad durante el paseo por pinares y ruinas romanas, y disfrutar de una degustación relajada de comida local antes de regresar a Roma.
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