Seguirás a un guía local por las calles animadas de Nápoles, probando desde taralli calientes hasta pizza doblada y el dulce baba. Risas, charlas sobre la vida napolitana y muchas oportunidades para comer junto a los vecinos. Al final sentirás que viste (y probaste) la ciudad de verdad — manchas en la camisa incluidas.
“Sabes, en Nápoles se come con las manos — es la ley,” sonrió Marco mientras me pasaba un tarallo calentito. No esperaba que el primer bocado fuera tan picante ni tan desmenuzable, la verdad. Apenas habíamos salido de Via Toledo y ya tenía migas en la camisa. La ciudad vibraba — motos pasando rápido junto a palacios antiguos, la nonna de alguien gritando desde un balcón (alcancé a entender tres palabras), y el aroma de masa frita mezclado con café espresso por todos lados.
Marco nos fue guiando por callejones estrechos donde cada esquina parecía esconder una historia. Nos enseñó a doblar la pizza “a portafoglio” — “como hacen los napolitanos cuando llegan tarde al trabajo.” Intenté no quemarme la lengua pero no lo logré; él se rió y dijo que eso es parte del ritual. Luego llegó el cuoppo — conos de papel llenos de frituras que al principio no supe ni cómo llamar. Dedos grasientos, bocados salados, gente pasando de prisa con un saludo rápido. Fue un placer estar ahí, comiendo en la calle como si fuéramos del barrio.
Creí que ya no podría más, pero de alguna forma hice espacio para el crocchè (el queso por dentro estaba derretido) y las albóndigas en salsa de tomate. Mojar el pan en la salsa parecía demasiado simple, pero también perfecto. En un momento Marco nos contó de su abuela preparando albóndigas los domingos — se quedó en silencio un instante antes de volver a bromear sobre el tráfico napolitano. La última parada fue el baba empapado en ron y ese espresso fuerte; todavía pienso en esa mezcla agridulce cada vez que huelo café.
El recorrido a pie incluye 4-5 paradas por el centro histórico de Nápoles; no se especifica duración exacta, pero dura varias horas incluyendo las degustaciones.
Sí, el almuerzo está incluido junto con snacks y degustaciones en cada parada durante el tour.
Hay opciones vegetarianas disponibles si se solicitan al hacer la reserva.
Sí, Via Toledo es una de las calles principales que se visitan durante el recorrido.
Los bebés y niños pequeños pueden participar; se permiten cochecitos y hay asientos especiales para bebés si se necesitan.
Se incluye agua embotellada para todos; los mayores de 18 años reciben una bebida alcohólica.
El tour se realiza siempre en inglés, francés e italiano; otros idiomas pueden estar disponibles bajo petición.
Los grupos son pequeños para mantener un ambiente cercano e interactivo.
Tu día incluye todas las degustaciones — desde taralli hasta pizza doblada y baba dulce — además de agua embotellada, una bebida alcohólica para adultos, snacks, almuerzo y un guía local que te acompaña en grupo reducido por las calles históricas del centro de Nápoles.
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