Entra en la Galería Borghese de Roma con un guía local que da vida a cada obra maestra. Disfruta de recogida y regreso al hotel, acceso sin colas, y tiempo para explorar la galería y sus jardines — además de historias y momentos únicos que recordarás mucho después del tour.
Lo primero que noté fue el silencio suave — no un silencio absoluto, sino ese eco tenue que se siente en las villas antiguas. Nuestra guía, Francesca, nos esperaba en el vestíbulo del hotel (la vi saludar antes de que la reconociera), y atravesamos el tráfico matutino de Roma rumbo a Villa Borghese. El coche aún olía ligeramente a desinfectante — un detalle raro pero reconfortante hoy en día. Había visto fotos de la Galería Borghese antes, pero subir esas escaleras con la luz del sol filtrándose entre los árboles se sentía distinto. Más real, de alguna manera.
Dentro, Francesca nos señaló el “Joven con cesta de frutas” de Caravaggio — tenía esa habilidad para hacerte mirar dos veces algo que creías conocer. Cerca, un grupo de escolares reía al ver “Apolo y Dafne” de Bernini (la verdad, es bastante impactante si lo piensas). El mármol parecía casi blando en algunos puntos; tenía ganas de tocarlo. Paseamos de sala en sala, a veces deteniéndonos largo rato frente a un cuadro, otras solo echando un vistazo rápido. No esperaba sentir tanta fascinación por la Pauline Bonaparte de Canova — Francesca nos contó una anécdota sobre la hermana de Napoleón posando para la escultura que me hizo reír.
Luego salimos a los jardines Borghese. El aire olía a tierra mojada, ese aroma verde que solo se siente después de la lluvia (había llovido temprano esa mañana). La gente corría o se sentaba en los bancos comiendo bocadillos — un hombre tenía a su perro sentado a su lado como si fuera rutina diaria. Charlamos sobre cómo Scipione Borghese construyó todo esto como su villa para fiestas hace siglos. Me pregunté qué pensaría si nos viera a todos ahora, recorriendo sus tesoros.
Sigo recordando esa luz en la galería — dorada y un poco polvorienta — y lo tranquilo que se sentía, incluso con gente alrededor. Si buscas un tour privado de la Galería Borghese desde tu hotel en Roma, esta es probablemente la forma más cercana de sentirte un invitado especial y no solo un visitante más.
El tour privado dura aproximadamente 3 horas desde la recogida hasta el regreso.
La recogida está incluida para hoteles ubicados dentro de las murallas aurelianas, en el centro de Roma.
Sí, todas las entradas están incluidas en la reserva.
Sí, los niños pueden unirse siempre que vayan acompañados por un adulto.
Los bebés y niños pequeños pueden usar cochecito o carriola durante la visita.
No se requiere un código de vestimenta específico para la visita.
Las bolsas y mochilas deben dejarse en el guardarropa; los objetos personales pueden llevarse en bolsas de plástico que proporciona el museo.
Sí, los animales de servicio están permitidos tanto en la galería como en los jardines.
Tu día incluye guía privado experto, recogida y regreso en vehículo desinfectado dentro del centro de Roma, entradas a la Galería Borghese y sus jardines, y tiempo para explorar a tu ritmo antes de volver cómodamente al hotel.
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