Vive Florencia desde dentro con un guía local: evita las filas en el Duomo y el Baptisterio, escucha las historias detrás de las obras en el museo y sube a la cúpula de Brunelleschi para disfrutar de vistas inolvidables que quedarán mucho después de que tus piernas se recuperen.
“¿De verdad son 463 escalones?” le pregunté a nuestra guía, Francesca, mientras mirábamos desde abajo la curva de la cúpula de Brunelleschi. Ella sonrió y dijo: “No los cuentes.” Fue justo en ese momento cuando entendí que este tour privado por el Duomo de Florencia sería mucho más que mirar piedras antiguas. La plaza afuera estaba llena de vida: niños persiguiendo palomas, alguien vendiendo castañas asadas (ese aroma dulce y tostado en el aire), y el mármol de la Catedral brillando con la luz de la mañana. Saltamos una fila que parecía de aeropuerto, y eso se sintió como pura magia.
Dentro, Francesca no paraba de señalar detalles que jamás habría notado, como cómo los mosaicos dorados del Baptisterio cambian según la luz y el lugar donde te pongas. Nos contó historias sobre las Puertas del Paraíso de Ghiberti que me dieron ganas de tocarlas (tranquilo, no lo hice). El Museo de la Opera del Duomo era más tranquilo de lo que esperaba; había un silencio especial alrededor de las estatuas de Donatello que me hizo detenerme sin darme cuenta. Intenté pronunciar “Santa Reparata” bien — Li se rió cuando lo intenté en italiano, seguro lo dije fatal. Pero a nadie le importó; todos parecían felices de que lo intentáramos.
¿La subida a la cúpula? Digamos que mis piernas aún lo recuerdan. Los escalones de piedra giran tan apretados que hasta escuchas tu propia respiración rebotando en las paredes. En un momento, apareció una ventanita pequeña — solo un pedacito de los tejados de Florencia y ropa ondeando con la brisa. Cuando por fin llegamos arriba, sudados y sin aliento, Francesca nos señaló dónde creció Miguel Ángel (“por allá, cerca de San Lorenzo”). La vista no solo era bonita — era como estar dentro de un cuadro que has visto toda la vida pero que nunca habías entendido del todo hasta ese instante. Y después de todo eso, saber que aún podíamos subir al Campanile de Giotto más tarde… bueno, tal vez después de comer.
Sí, las entradas sin colas están incluidas para todos los sitios principales en este tour privado.
Puedes subir a la cúpula durante o después del tour; tu entrada también te permite subir al Campanile de Giotto dentro de las 72 horas siguientes.
La catedral y el museo son accesibles; sin embargo, la subida a la cúpula o al campanario no es apta para sillas de ruedas.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar en cochecitos o carriolas, excepto en las subidas a la cúpula o campanario.
La parte guiada cubre varios monumentos en unas pocas horas; las subidas las puedes hacer a tu ritmo después del tour.
No incluye comidas; podrás descubrir opciones locales cerca una vez termine el tour.
Tu día incluye entradas sin colas para todos los principales sitios de la Piazza del Duomo, un guía privado experto en historia del arte durante toda la visita, y acceso para subir a la cúpula de Brunelleschi o al Campanile de Giotto a tu propio ritmo tras el tour guiado.
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