Camina por las laderas de arena negra del Etna con un guía local, pasa por antiguas coladas de lava y flores silvestres, contempla el enorme Valle del Bove y explora un túnel de lava real con casco y linterna incluidos — mientras escuchas historias que solo los sicilianos cuentan. Una experiencia que recordarás cada vez que veas roca volcánica o huelas el pino quemado.
El crujido bajo mis botas en la arena negra se sentía extraño, casi como pisar azúcar quemada. Nuestro guía, Salvo, nos sonrió mientras dudábamos en la primera pendiente. “No os preocupéis, aquí todos resbalan,” dijo, animándonos a seguir. El aire olía a pino y a algo ahumado, pero nada desagradable. Me paraba a mirar las crestas; parecían como si alguien hubiera pasado los dedos por barro húmedo. Es difícil creer que esto esté tan cerca de Zafferana Etnea — parecía que habíamos aterrizado en otro planeta.
Cruzamos zonas donde antiguas coladas de lava se habían enfriado formando esculturas retorcidas. Salvo señalaba flores silvestres que crecían en las grietas — pequeños toques de color en medio de tanto gris. En un momento se detuvo para mostrarnos un musgo que solo crece aquí, en el Etna. Intenté pronunciar su nombre en italiano (fallé), y él se rió, contándonos que su abuelo lo recogía para hacer té. El viento aumentó al llegar al Valle del Bove; de repente todo quedó en silencio salvo nuestros pasos y el lejano canto de un pájaro que no lograba ver.
Lo mejor fue meternos en el tubo de lava con cascos y linternas — al principio estaba nervioso (es más oscuro de lo que imaginas), pero dentro hacía fresquito y el eco daba la sensación de estar en una sala secreta. Salvo nos explicó cómo se forman estos túneles durante las erupciones; su voz rebotaba en las paredes mientras avanzábamos tras él. Mis manos se llenaron de polvo al tocar la piedra rugosa — aún me queda un poco bajo las uñas, de hecho.
No esperaba sentirme tan pequeño a 2.100 metros, mirando hacia ese valle inmenso. Hay algo en ver el vapor salir de las grietas que te hace darte cuenta de que este lugar está vivo — no es solo roca vieja ni leyendas. De regreso, alguien empezó a tararear una canción (no sé cuál), y por un momento nadie dijo nada.
El recorrido es de unos 5,5 km en total.
El punto más alto está alrededor de los 2.100 metros sobre el nivel del mar.
Incluye transporte privado desde tu punto de encuentro.
El guía proporciona cascos y linternas para explorar el túnel.
La ruta es de dificultad media-baja, pero requiere estar en forma moderada.
Se recomienda usar botas de trekking o calzado que no te importe ensuciar.
La ruta puede cambiar si las condiciones meteorológicas o de seguridad lo requieren.
No incluye comida; lleva algo para picar si quieres.
Tu día incluye transporte privado desde el punto de encuentro cerca de Zafferana Etnea, todo el equipo necesario como cascos, linternas, bastones, chaquetas y suéteres para explorar los túneles de lava y senderos del Etna junto a tu guía local, y el regreso tras unas tres horas de trekking.
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