Sube en teleférico y 4x4 desde Rifugio Sapienza para recorrer paisajes lunares hasta los cráteres activos de la cumbre con un guía volcanólogo. Camina sobre ceniza negra crujiente, respira azufre en el aire y disfruta vistas salvajes desde el borde del cráter antes de bajar por los cráteres de Barbagallo. Duro pero inolvidable.
Desperté con la vista de un caos de rocas negras y vetas amarillas bajo mis botas — el lado sur del Etna no era para nada lo que imaginaba. Acabábamos de bajarnos del teleférico a 2.500 metros, con un viento frío que se colaba hasta por la chaqueta. Nuestro guía, Paolo, me pasó un casco y sonrió como si supiera lo que venía. “Pronto vas a oler azufre,” dijo, y vaya que sí — ese olor punzante me golpeó la nariz al subir al jeep. El trayecto fue rápido pero movido, las ruedas brincando sobre flujos de lava que parecían congelados en medio de una ola.
El verdadero esfuerzo empezó a 2.800 metros. No voy a mentir — los primeros pasos sobre la ceniza suelta me hicieron temblar las piernas. Paolo marcó un ritmo tranquilo (menos mal), parando de vez en cuando para señalar fumarolas o explicar cómo el suelo cambia de color por los minerales. Nos mostró dónde la última erupción lanzó bombas volcánicas; algunas aún tibias si acercabas la mano. En un momento intenté preguntar por la palabra siciliana para esa lava crujiente y rara — Paolo se rió cuando la pronuncié mal. El aire sabía seco y metálico, casi eléctrico.
Finalmente, tras lo que pareció una eternidad (pero fueron unas dos horas), apareció el espectáculo: los cráteres de la cumbre. Estar en el borde del Cráter Central a 3.340 metros hizo que todo se callara por un instante — solo el viento y el roce de nuestras botas con las cenizas. El Cráter Noreste se veía vertiginoso a un lado; el Cráter Sureste humeaba a lo lejos como si aún tramara algo. Mis zapatos se llenaron de polvo, pero apenas lo noté porque esa vista te cala hondo. En la bajada cruzamos los cráteres de Barbagallo y pasamos por un canal de lava que hacía eco con cada palabra — la acústica más rara que he escuchado.
Todavía recuerdo ese olor a azufre pegado a mi chaqueta cuando volvimos en teleférico a Rifugio Sapienza. Todo se siente crudo e impredecible — quizás por eso tanta gente vuelve una y otra vez.
La caminata dura unas dos horas hasta los cráteres de la cumbre tras subir a 2.800 metros en teleférico y jeep.
Sí, incluye botas, bastones, casco, seguro y guías volcanológicos.
La salida es desde Piazzale Rifugio Sapienza, en el lado sur del Etna.
Se recomienda tener una condición física moderada; la dificultad es media-alta por la altitud y el terreno.
No incluye almuerzo; lleva snacks y agua según necesites.
Se alcanza hasta los 3.340 metros en el borde del Cráter Central.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu día incluye botas y bastones para terreno irregular, casco para seguridad cerca de fumarolas, seguro durante toda la excursión y guías volcanológicos certificados que te acompañan desde Rifugio Sapienza en teleférico y jeep antes de recorrer juntos los senderos salvajes de la cumbre del Etna.
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