Escucharás Skógafoss antes de verlo, sentirás la sal en el aire de la playa negra Reynisfjara y caminarás detrás de Seljalandsfoss, todo con un guía local que se encarga de cada detalle. Esta excursión por la costa sur junta leyendas volcánicas, vistas a glaciares y el clima salvaje islandés en una aventura inolvidable.
Lo escuchas antes de verlo: Skógafoss retumbando a lo lejos, resonando sobre los campos planos. Nuestro guía, Einar, sonrió al salir del coche. “Si te acercas, te vas a mojar,” avisó. Claro que me acerqué. La bruma me golpeó las mejillas, fría y punzante, y apenas podía oír otra cosa que el agua golpeando la roca. Era más grande de lo que imaginaba, casi imposible de encajar en una foto. Subimos las escaleras (tantas escaleras) para ver la cascada desde arriba, pero la sensación de estar abajo fue la que más me quedó grabada.
Conducir por la costa sur desde Reikiavik tiene algo hipnótico: los campos se extienden hasta el infinito y de repente aparece un volcán o un glaciar como si nada. Einar señaló el Eyjafjallajökull (“intenta decirlo rápido tres veces,” bromeó), que en 2010 paralizó vuelos en toda Europa. Nos contó historias de Hekla, conocida como la “puerta al infierno” hace siglos; casi esperaba ver humo salir cuando pasamos cerca. Almorzamos en un pequeño restaurante de carretera, nada lujoso, pero después de tanto viento una sopa caliente supo a gloria.
Había visto fotos de la playa de arena negra Reynisfjara, pero estar allí es otra cosa: el viento viene directo del Atlántico y esas columnas de basalto parecen casi irreales de cerca. Las olas rompen con tanta fuerza que se siente en el pecho; Einar no paraba de advertirnos que no nos acercáramos demasiado porque ya se han llevado gente (no bromeaba). En el mar estaban las formaciones rocosas llamadas Reynisdrangar, no sé cómo llegaron ahí pero tenían un aire misterioso bajo la luz gris.
La última parada fue Seljalandsfoss, donde puedes caminar detrás de la cortina de agua si no te importa empaparte (yo lo hice dos veces). El camino se vuelve resbaladizo y todos ríen nerviosos al pasar, es ruidoso y mágico a la vez, como estar dentro de una cueva secreta hecha de agua. Mis zapatos quedaron empapados, pero no me importó. De regreso a Reikiavik no dejaba de pensar en todos esos lugares salvajes que caben en una excursión de un día; ya sabes cuando algo cansa pero vale totalmente la pena.
Es una excursión de día completo con varias paradas a lo largo de la costa sur de Islandia.
Sí, si el clima lo permite, puedes pasar por detrás de Seljalandsfoss para ver una perspectiva única.
No, el almuerzo no está incluido; se hace una parada en un restaurante local donde puedes comprar tu comida.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos si lo seleccionas al reservar.
Sí, ambas son paradas principales en este tour por la costa sur.
Sí, los niños pueden participar siempre que vayan acompañados por un adulto; hay asientos para bebés si se necesitan.
Recomiendan ropa adecuada para el clima islandés: varias capas y prendas impermeables.
Verás el glaciar Sólheimajökull y volcanes como Hekla y Eyjafjallajökull durante el recorrido.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel si lo eliges al reservar, transporte cómodo con WiFi para compartir fotos al instante, y un guía experto que hará que el paisaje salvaje de Islandia cobre vida, desde cascadas hasta glaciares, con muchas historias en el camino.
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