Sentirás el crujir del hielo milenario bajo tus botas mientras recorres el glaciar de Skaftafell con un guía local, aprendiendo cómo cambian los glaciares y compartiendo risas (y chocolates) con tu pequeño grupo. Con todo el equipo incluido y café caliente al final, esta caminata es mucho más que paisajes: es una experiencia para sentirte vivo.
“Tranquilo, el hielo siempre parece más intimidante desde aquí,” nos dijo nuestro guía Jón, sonriendo mientras me pasaba un casco que aún olía un poco a lana. Nunca había visto un azul así — no el azul del cielo, sino uno más profundo, casi eléctrico en los lugares donde el glaciar se abría en grietas. El viento era frío y cortante en mis mejillas, pero la verdad es que apenas lo sentí cuando empezamos a andar. Éramos solo ocho, intercambiando bromas nerviosas mientras Jón nos enseñaba a ponernos los crampones (yo me enredé un poco — él se rió y me ayudó). La palabra clave para esta aventura es sin duda “excursión glaciar Skaftafell,” pero nadie aquí hablaba de palabras clave. Más bien se trataba de aprender a caminar sin parecer un torpe.
Avanzamos crujendo sobre el hielo, las botas chillando con cada paso. En un momento, Jón señaló Hvannadalshnúkur a lo lejos — el pico más alto de Islandia, según nos contó — y nos explicó cómo los glaciares siempre están en movimiento bajo nuestros pies. Golpeó con su piolet un hielo extrañamente liso y nos habló de los moulins (esos agujeros profundos que parecen portales). No esperaba sentirme tan pequeño y a la vez tan despierto. Y luego estaba ese silencio allá arriba — no vacío, sino como si todo se hubiera detenido para que pudiéramos escuchar. Alguien sacó chocolates del bolsillo (no sé si era oficial o solo un gesto amable), y aunque mis dedos estaban torpes por el frío, el chocolate supo mucho mejor de lo habitual.
Supuse que un día en Vatnajökull sería solo para sacar fotos con vistas impresionantes, pero la sensación de estar justo sobre el glaciar fue otra cosa. Incluso cuando el viento me hacía llorar la nariz y el pelo se me pegaba raro al gorro. Jón contó historias de equipos de filmación que se perdieron en la niebla (“deberían haber contratado abuelas islandesas en vez de GPS,” bromeó) y me di cuenta de lo importante que es tener a alguien que conozca el lugar al dedillo. Terminamos de vuelta en la furgoneta con café caliente que me empañaba las gafas — esas cosas simples se sienten diferentes después de tres horas al aire libre. A veces todavía recuerdo ese primer paso sobre el hielo; no es algo que se olvida fácil.
La excursión guiada dura aproximadamente tres horas de principio a fin.
Sí, se incluyen cascos, arneses, crampones y piolet para cada participante.
El grupo máximo es de 14 personas por tour.
No incluye almuerzo, pero se ofrece café y chocolates durante la actividad.
La edad mínima para participar es de 8 años.
Sí, las excursiones se hacen con cualquier clima; se recomienda vestir ropa adecuada.
Un corto traslado desde Skaftafell te lleva directamente a la lengua glaciar antes de comenzar la caminata.
Tu día incluye un traslado corto desde Skaftafell hasta la lengua del glaciar Vatnajökull, todo el equipo necesario como cascos y arneses ajustados por tu guía certificado, además de café y chocolates para compartir con tu pequeño grupo antes de regresar calentitos.
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