Saldrás de Reykjavik en un 4x4 con un grupo pequeño y un guía local que vigila el cielo despejado. Calienta el cuerpo con chocolate y pasteles mientras esperas que aparezcan las auroras — tu guía también te ayudará a sacar fotos. Risas, historias y esos momentos de calma bajo el cielo salvaje de Islandia que se quedan contigo para siempre.
Apenas salimos de Reykjavik, las luces de la ciudad se apagaron y el mundo fuera del 4x4 se volvió un azul-negro silencioso. Nuestro guía, Jón, miraba su app del tiempo y nos contaba cómo su abuela solía cantar a las auroras boreales — al parecer, no se debe silbarles. Yo lo intenté igual. No funcionó, pero Jón sonrió y pasó calentadores de manos. La calefacción estaba puesta, pero mi nariz parecía a punto de congelarse.
Cuando por fin paramos (en un sitio que parecía el fin del mundo), el silencio era tan profundo que podía oír la nieve crujir bajo las botas de todos. El aire olía frío, como a metal y algo dulce de los pasteles que nos dieron. El chocolate caliente me empañó las gafas y me hizo reír porque no veía nada por un momento. Éramos unos diez, todos moviéndonos despacio en la oscuridad para no resbalar, mientras Jón montaba su trípode. Me enseñó a configurar el móvil para que las fotos no salieran solo como manchas verdes borrosas si aparecían las luces.
No esperaba mucho — nunca se sabe con estas cosas — pero entonces alguien soltó un suspiro y apareció: una cinta verde lenta que parpadeaba en el cielo. No tan intensa como en Instagram, pero mejor de alguna forma. Más suave. Nos quedamos todos en silencio un rato, salvo Li que intentó decir “aurora boreal” en islandés y nos hizo reír a todos (sobre todo a Jón). Duró unos veinte minutos antes de desvanecerse. Fue rápido y eterno a la vez, si eso tiene sentido.
De regreso a Reykjavik, no dejaba de pensar en ese silencio bajo el cielo — y en que aunque tenía los dedos congelados y la batería del móvil murió (clásico), no cambiaría ese momento extraño por nada. A veces lo recuerdo cuando veo luces de ciudad.
El tour dura unas cuatro horas desde la recogida hasta el regreso.
Sí, incluye recogida y regreso a hoteles en Reykjavik.
Sí, recibirás chocolate caliente y pasteles tradicionales islandeses durante la salida.
Sí, un guía local experto conduce el tour en inglés y español.
Tu guía te ayudará a capturar fotos de la aurora durante la experiencia.
Los grupos son pequeños para una experiencia más personal.
El tour es apto para todos los niveles físicos; si hace falta, hay asientos para bebés.
Viajarás en minibuses 4x4 privados diseñados para las condiciones invernales de Islandia.
Tu noche incluye recogida y regreso a tu alojamiento en Reykjavik en un minibus 4x4 privado, guía local en inglés o español, WiFi a bordo si quieres (aunque seguro que olvidas el móvil), además de chocolate caliente y pasteles frescos islandeses mientras esperas bajo las estrellas — todo antes de volver calentito, cansado y feliz.
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