Recorrerás desde Reykjavik el valle de la fisura en Thingvellir, sentirás la bruma helada de Gullfoss, verás la erupción de Strokkur y terminarás cazando auroras bajo el enorme cielo islandés, con bebidas calientes y relatos de tu guía local durante todo el camino.
Lo primero que noté fue cómo las ruedas del Superjeep crujían sobre la calle helada frente a mi hotel en Reykjavik, como morder una tostada fría. Nuestro guía, Jón, nos recibió con una sonrisa rápida y nos entregó tazas de café que empañaban las ventanas. Había leído sobre Thingvellir, pero estar ahí, con las botas hundiéndose en el musgo suave, se sentía distinto. El viento olía a minerales (o tal vez eso es solo Islandia), y Jón nos señaló dónde dos continentes se separan. Nos contó sobre el parlamento más antiguo del mundo justo ahí—¡del año 930!—pero, sinceramente, me distrajo lo silencioso que estaba todo, salvo por la risa de alguien que rebotaba en las rocas.
Luego llegó Strokkur. Pensé que estaría preparado, pero cuando ese géiser explotó—una burbuja azul y un súbito chorro—salte y casi derramo mi bebida. El aire sabía a huevos (Jón dijo azufre, pero “huevos” se acerca más), y todos retrocedimos al mismo tiempo, sonriendo. Después vino Gullfoss—a solo un corto viaje, pero parecía otro mundo. Te acercas lo suficiente para sentir la bruma en la cara, que es helada pero te despierta de una manera buena. Había arcoíris sobre la garganta aunque el cielo estaba gris; alguien a mi lado intentó sacar una foto pero terminó riéndose porque el lente se empañó.
Al caer la noche salimos a buscar las auroras boreales. Jón nos llevó lejos de cualquier luz—dijo que revisa el pronóstico todos los días para elegir el mejor lugar. Esperamos en silencio un rato (salvo algunos movimientos nerviosos y bromas). Cuando por fin empezaron a moverse cintas verdes en el cielo, nadie dijo nada al principio. No parecía real… más bien como pintura girando sobre nosotros. A veces todavía recuerdo ese momento cuando todo se vuelve ruidoso en casa.
El tour dura unas 10 horas, incluyendo paradas y traslados.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Reykjavik están incluidos.
Se visitan Thingvellir, el área geotérmica de Geysir (con Strokkur) y la cascada Gullfoss antes de salir a ver las auroras boreales.
Sí, durante el viaje se sirven bebidas calientes.
Sí, hay conexión WiFi a bordo durante el recorrido.
Bebés y niños pequeños pueden unirse; se permiten cochecitos y hay asientos especiales para ellos.
La aparición depende del clima; los guías eligen los mejores lugares según el pronóstico diario.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Reykjavik, guía local experto durante las paradas en Thingvellir, Geysir/Strokkur y Gullfoss, además de bebidas calientes y WiFi mientras persigues las auroras boreales hasta la noche antes de volver al hotel.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?