Saldrás de Reikiavik hacia la oscuridad islandesa en un grupo pequeño, envuelto en mantas de lana y con chocolate caliente en mano, mientras tu guía local busca el mejor lugar para ver las auroras boreales. Habrá tiempo para historias, pasteles y fotos si aparecen. No está garantizado, pero eso hace que sea aún más especial cuando sucede.
No esperaba que las luces de la ciudad desaparecieran tan rápido al salir de Reikiavik — un momento había tráfico, y al siguiente solo campos oscuros y los faros del bus reflejándose en la nieve. Nuestro guía, Ásgeir, no paraba de mirar una app del tiempo que yo no entendía (la llamaba su “radar de auroras”), y la verdad me tranquilizaba que él supiera lo que hacía. El minibús estaba en silencio salvo por alguien que deshacía un pastel detrás de mí. Pensé: esta noche puede ser larga si no aparecen las auroras. Pero así es cualquier tour de auroras en Islandia, ¿no?
Paramos en un lugar que parecía el fin del mundo — solo viento y grava crujiente bajo los pies. Ásgeir repartió mantas gruesas de lana islandesa — un poco ásperas pero muy calentitas — y nos sirvió chocolate caliente de un termo que me empañó las gafas. Contó historias de elfos escondidos en las rocas mientras esperábamos, lo que hacía que la oscuridad se sintiera menos vacía. En un momento llegó otro minibús y dos guías empezaron a hablar en islandés sobre “bandas verdes” en el pronóstico. Parecía que todos estábamos deseando que el cielo nos regalara un espectáculo.
Cuando la aurora finalmente apareció — primero débil, luego extendiéndose por media bóveda celeste — nadie dijo nada. No fue un show ruidoso ni espectacular; solo un verde suave y cambiante que hasta hizo callar a nuestro guía por un rato. Ásgeir nos tomó fotos parados torpemente bajo las luces (aún me río de mi sonrisa congelada), prometiendo enviárnoslas por correo. El aire olía a frío intenso; se me entumecieron los dedos de los pies, pero ya no me importaba. ¿Y si no ves nada? Puedes volver gratis otra noche, porque la magia no se puede programar.
El tour se realiza con grupos pequeños de hasta 19 personas por minibús.
Incluye recogida y regreso desde puntos de encuentro designados en Reikiavik.
Si no ves auroras durante el tour, puedes repetirlo otra noche gratis (según disponibilidad).
Sí, el guía toma fotos bajo las auroras (si se ven) y te las envía por email en menos de 8 días.
Vístete con varias capas, lleva gorro, guantes, bufanda y ropa impermeable, ya que el tour es de noche y hace mucho frío.
Las paradas para baño son muy limitadas fuera de las zonas urbanas durante el tour.
Te darán chocolate caliente y pasteles tradicionales islandeses mientras esperas la aurora.
Se puede conducir hasta una hora desde Reikiavik para encontrar los mejores lugares lejos de las multitudes y contaminación lumínica.
Tu noche incluye recogida y regreso desde puntos de encuentro en Reikiavik, todos los impuestos y tasas, mantas gruesas de lana islandesa para abrigarte, comentarios en vivo de tu guía-conductor experto que también toma fotos profesionales si las condiciones lo permiten, además de chocolate caliente y pasteles tradicionales mientras esperas bajo el cielo nocturno de Islandia.
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