Visita el sitio arqueológico más antiguo de Islandia cerca de Hella, explorando cuatro cuevas artificiales con un guía local. Toca grabados centenarios, escucha historias sobre sus orígenes misteriosos y siente ese silencio especial bajo tierra. Es sencillo pero inolvidable, perfecto si te apasiona la historia que deja más preguntas que respuestas.
Sentí una mezcla extraña de emoción y calma cuando nos desviamos de la Ruta 1 cerca de Hella — esa sensación de estar a punto de descubrir algo muy antiguo, pero sin saber exactamente qué esperar. Nuestra guía, Sigrún, nos esperaba junto a un cartel pequeño (que casi pasas de largo si parpadeas) y nos llevó hacia las cuevas. El aire estaba frío, casi húmedo, y antes de entrar ya olía a tierra mojada. Intenté imaginar quién fue el primero en excavar esta ladera — ¿vikingos o quizás alguien aún más antiguo? Sigrún solo sonrió cuando pregunté y dijo: “Esa es la gran pregunta.”
Adentro, estaba más oscuro de lo que pensaba, pero mis ojos se acostumbraron rápido. Las paredes eran ásperas al tacto — piedra fría con extrañas ranuras y cruces talladas en algunos lugares. Sigrún nos señaló un asiento tallado directamente en la roca y nos contó que algunos creen que monjes o ermitaños usaban estas cuevas para rezar hace siglos. Hubo un momento en que ella iluminó un grabado antiguo con su linterna y todos quedamos en silencio — solo se oía el roce de alguna chaqueta y el goteo lejano del agua. Se me pusieron los pelos de punta (y no solo por el frío). Es difícil explicar por qué me impactó tanto.
Recorrimos cuatro de las doce cuevas abiertas al público, cada una con detalles únicos — un nicho tallado aquí, un símbolo misterioso allá. Intenté pronunciar una de las palabras islandesas para “cueva” y todos se rieron (seguro la arruiné). Los niños del grupo también disfrutaron explorando; no había nada que diera miedo ni se sintiera apretado. Sigo pensando en todo lo que queda por descubrir aquí — nadie sabe realmente quién construyó estas cuevas ni por qué eligieron justo este lugar cerca de Hella.
Las Cuevas de Hella están a aproximadamente una hora en coche desde Reikiavik por la Ruta 1 (la Carretera Circular).
El tour guiado recorre cuatro de las doce cuevas artificiales en Ægissíða.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito durante la visita.
Sí, los animales de servicio están permitidos en el sitio de las Cuevas de Hella.
No se requiere ningún nivel especial de condición física; es apto para todas las capacidades.
Sí, todos los tours incluyen un guía local experto que comparte historias y datos históricos durante la visita.
Tu visita incluye la entrada a cuatro cuevas artificiales en Ægissíða cerca de Hella y un recorrido a pie guiado por un experto local — ideal para familias o cualquiera interesado en la historia islandesa.
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