En este tour guiado por Smithwick’s Experience en Kilkenny seguirás la historia cervecera desde los monjes medievales hasta la pinta moderna. Huele la cebada malteada, escucha relatos locales y termina con tu propia pinta recién servida (o refresco). Es relajado, interactivo y muy personal —ideal para probar la auténtica historia irlandesa sin prisas.
Confieso que nunca pensé que me importaría el aroma a cebada tostada a las 11 de la mañana, pero ahí estábamos, dentro de este antiguo edificio victoriano en Kilkenny, con nuestra guía (¿Aoife? Espero que lo escriba bien) agitando un puñado de malta bajo mi nariz. El lugar aún conserva un olor dulce y tostado, aunque la producción de cerveza terminó hace años. Acabábamos de llegar desde Dublín —el viaje duró alrededor de hora y media— y todavía me estaba recuperando del trayecto cuando empezó el tour. Hay algo especial en escuchar cantos de monjes resonando entre muros de piedra que te hace prestar atención, ¿sabes?
Éramos un grupo pequeño, unas diez personas: una pareja de Cork, algunos turistas alemanes que no paraban de hacer preguntas interesantes. Los “retratos vivos” de la familia Smithwick me sorprendieron; en realidad te hablan (bueno, algo así). Aoife nos contó que desde el siglo XIII los monjes franciscanos elaboraban cerveza aquí —lo hizo parecer como si pudieran aparecer en cualquier momento. Los hologramas son un poco surrealistas, pero tienen su encanto. Y luego está ese momento en que puedes tocar los granos y oler el lúpulo —mis manos olieron a tierra durante horas después. No me quejo.
¿Lo mejor? Al final, todos recibimos nuestra propia pinta de Smithwick’s (o un refresco para los niños). Hay una forma especial de servirla —despacio, dejando que se asiente— y traté de imitar a Aoife, pero acabé con un desastre de espuma. Ella se rió y dijo que a todos les pasa la primera vez. Tomar esa pinta en el bar antiguo fue… reconfortante, ¿quizás? O tal vez era estar en Kilkenny con desconocidos que de repente parecían amigos. Todavía recuerdo el suave choque de las copas antes de entrar a la tienda (caí y compré calcetines con logos de cerveza roja). En fin, si te interesa la cerveza irlandesa o simplemente quieres pasar una hora agradable bajo techo con buena compañía, vale mucho la pena.
El tour guiado dura aproximadamente una hora.
Sí, tanto el edificio como las opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Se recomienda reservar tu horario preferido; consulta tu voucher para más detalles.
Sí, hay opciones de transporte público cerca.
Sí, los bebés menores de 6 años entran gratis; los niños pueden participar pero deben tener 18+ para bebidas alcohólicas.
Tu entrada incluye un tour guiado y una pinta de Smithwick's o un refresco.
Kilkenny está a unas 1.5 horas en coche desde Dublín.
Tu visita incluye la entrada a Smithwick’s Experience Kilkenny con un tour guiado por su histórica cervecería. Al final disfrutarás de una pinta de Smithwick’s (o un refresco si prefieres), todo incluido en el precio antes de salir —o quizás para comprar algo en la tienda de regalos si te apetece.
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