Deja atrás Galway para descubrir ruinas de castillos azotados por el viento, ecos misteriosos en cuevas y los famosos Acantilados de Moher sobre olas rompientes. Prepárate para zapatos embarrados, almuerzos cálidos en pubs de Doolin, historias de tu guía local y momentos en los que Irlanda se te mete bajo la piel — para bien.
No pensé que me atraparía tanto un montón de piedras viejas, pero el Castillo Dunguaire se queda ahí, junto a la Bahía de Galway, como esperando a que alguien cuente su historia. Nuestro conductor, Tomás, se rió cuando pregunté si alguien aún vivía allí — “Solo fantasmas y gaviotas”, dijo. El aire olía a algas y a diesel cuando bajamos para hacer fotos. Era temprano, así que la luz era suave, azul grisácea. Ya me había embarrado los zapatos (debería haber llevado botas), pero así es Irlanda.
El camino por el Burren parecía otro planeta — manchas de verde luchando por salir entre grandes losas de piedra pálida. Tomás no paraba de señalar detalles: “Ese es el árbol de las hadas, no lo toques”. Nos contó sobre flores raras que salen en primavera, pero hoy solo había viento y ovejas. La siguiente parada fue la Cueva Aillwee; adentro hace frío y se escuchan ecos, con gotas cayendo en la oscuridad. Mis gafas se empañaron al salir al aire fresco. No esperaba sentirme tan pequeño bajo tierra.
El almuerzo en Doolin fue sencillo — pan oscuro y sopa que sabía a la receta de la abuela. El pub estaba cálido y lleno de charlas; intenté pedir en irlandés pero seguro lo hice mal porque el camarero sonrió y cambió al inglés. Y por fin, los Acantilados de Moher: allí, con el viento revolviéndome el pelo, mirando ese mar salvaje allá abajo… Es difícil explicar lo inmenso que se siente. Había pájaros volando bajo y un niño cerca contándolos en voz alta (“veinticuatro… veinticinco…”). A veces aún recuerdo esa vista cuando escucho gaviotas en casa.
La excursión dura todo el día, saliendo de Galway con paradas en el Castillo Dunguaire, la Cueva Aillwee, almuerzo en Doolin y regreso por la Wild Atlantic Way.
Sí, la recogida en hotel está incluida si contactas con el operador al menos 24 horas antes del tour.
No, el Castillo Dunguaire está cerrado al público, pero puedes parar a hacer fotos desde fuera, junto a la Bahía de Galway.
El contenido de referencia no especifica si las entradas están incluidas; consulta directamente con el operador al reservar.
No se incluye almuerzo; se para en Doolin donde el guía recomienda restaurantes locales por cuenta propia.
Se recomienda calzado cómodo para caminar debido a terrenos irregulares y posibles zonas embarradas.
Los bebés menores de 5 años necesitan silla infantil (no proporcionada por la empresa); se recomienda buena condición física para todos los viajeros.
Si hay mal tiempo severo, el tour puede cancelarse o reprogramarse; te ofrecerán una alternativa o reembolso.
Tu día incluye recogida en hotel en Galway si se coordina con antelación, transporte en vehículo con aire acondicionado y guía local que comparte historias durante el trayecto, paradas para fotos en el Castillo Dunguaire junto a la Bahía de Galway, entrada a la Cueva Aillwee (consulta detalles de la entrada), tiempo para recorrer los senderos de los Acantilados de Moher y una pausa para almorzar en el pueblo de Doolin antes de volver por la ruta costera Wild Atlantic Way.
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