Recorre a tu ritmo los antiguos colleges de Oxford, disfruta de un té en los acogedores cafés de Burford y pasea por las casitas de cuento de Bibury con un grupo pequeño y un guía cercano. Ríe con los scones y vive momentos de calma junto a puentes de piedra — aquí no se trata de tachar lugares, sino de sentir Inglaterra bajo tus pies.
Salimos de Londres antes de que terminara mi café, mientras la ciudad empezaba a despertar detrás de nosotros. Nuestro guía, Mark, tenía esa habilidad de señalar detalles curiosos en la autopista — un campo de cricket aquí, un pub con un nombre divertido allá — y de repente estábamos entrando en Oxford. El aire se sentía distinto, más nítido o antiguo, si se puede decir así. Al caminar por los patios de los colleges, escuchaba fragmentos de conversaciones de estudiantes (uno discutía sobre Platón), y juraría que casi se oían siglos de pasos resonando en las piedras. Me metí un rato en el Ashmolean — no esperaba perderme en la sala egipcia, pero así fue.
Después de Oxford, nos dirigimos hacia los Cotswolds. El paisaje empezó a suavizarse — setos, ovejas, todo ese verde que en casa no se ve. Burford fue nuestra primera parada, con su calle principal que baja en pendiente, llena de casitas que parecen pintadas a mano. Entramos en una panadería diminuta para tomar té con scones (la mermelada era casera; creo que me pasé comiendo). Una pareja mayor nos saludó desde su jardín — aquí la gente realmente se saluda en la calle, algo que me sorprendió para bien.
Luego tocó Bibury. El pueblo es tan silencioso que hasta se oyen tus propios pasos sobre el puente de piedra. Arlington Row parecía sacado de todas las postales que hayas visto, pero con un aire más vivido — ropa tendida al fondo, patos peleándose junto al agua. Mark nos contó que William Morris lo llamó “el pueblo más bonito de Inglaterra”. Quizá tenía razón. Aún recuerdo esa luz que caía sobre los viejos tejados mientras volvíamos a Londres, cansados pero felices, con esa sensación buena que queda después de explorar un lugar nuevo todo el día.
El tour dura unas 10 horas, incluyendo el tiempo de viaje.
No, la comida y bebida no están incluidas, pero puedes comprarlas durante el recorrido.
El tour para en Burford y Bibury, en la región de Cotswolds.
El grupo tiene un máximo de 16 personas por tour.
No hay recogida en hotel; el punto de encuentro es la estación Green Line Coach en Londres.
Los niños menores de 5 años no pueden unirse a este tour.
Si quieres visitar colleges específicos o museos como el Ashmolean, se recomienda reservar con anticipación.
Se usa un mini-coach Mercedes de alta gama para los traslados entre paradas.
Tu día incluye traslado desde Londres en mini-coach Mercedes con un grupo pequeño (máximo 16 personas) y un guía experto que te acompañará por Oxford, Burford y Bibury antes de regresar cómodamente a Londres.
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