Recorre con un guía local las calles serpenteantes y los famosos colegios universitarios de Cambridge, deteniéndote para escuchar historias que solo los que conocen el campus pueden contar. Disfruta de patios escondidos, fotos bajo árboles centenarios y momentos donde la historia se siente tan cerca que casi puedes tocarla. No es turismo común, es descubrir los secretos del campus.
“Por aquí solía pasar Stephen Hawking en su silla de ruedas,” dijo nuestra guía señalando una rampa desgastada frente a Trinity College. Yo aún masticaba el último bocado de mi bocadillo—debería haberlo terminado antes de empezar, pero los nervios me jugaron una mala pasada. El aire de la mañana en Cambridge tenía ese aroma suave y académico, como lluvia sobre piedra y papel antiguo. El grupo se acercó un poco más, tratando de no bloquear el carril bici (los locales aquí se toman muy en serio sus bicicletas). No podía dejar de mirar hacia arriba esas agujas y pensar, ¿en serio hay gente que vive y estudia aquí?
Nos adentramos por callejones estrechos que se escondían tras las avenidas principales—Anna, nuestra guía, parecía conocer a todo el mundo. Saludó a un portero con abrigo azul marino que le respondió con un gesto sin detenerse. En la Capilla del King’s College, se detuvo para que pudiéramos escuchar el coro ensayando a través de una ventana abierta—solo un instante, pero me dieron ganas de quedarme ahí todo el día. Anna nos contó que algunos colegios cobran entrada (no incluida), pero siempre revisaba cuáles estaban abiertos y hacía todo lo posible para que pudiéramos entrar. Me gustó que no nos apurara; nos quedamos un rato bajo un castaño mientras alguien intentaba capturar la foto perfecta de esas puertas centenarias.
Confieso que después de un rato perdí la cuenta de qué colegio era cuál—cada uno tiene su encanto: uno con flores silvestres brotando entre las losas, otro con estudiantes que pasaban corriendo con sus togas negras aunque no era día de graduación. Hubo un momento cerca del Puente Clare donde el río olía a fresco y verde, y Anna nos habló de tradiciones secretas de estudiantes—bajó la voz como si nos estuviera contando un secreto. Se sentía auténtico, nada ensayado.
Al final tenía los pies cansados, pero no me importó—sigo pensando en ese silencio dentro de la biblioteca más antigua cuando Anna susurró tan bajito que había que acercarse para no perder ni una palabra. Así que sí, si tienes curiosidad por Cambridge o simplemente quieres a alguien que conozca estas calles al dedillo (y esquive a los ciclistas), este tour privado a pie vale totalmente la pena.
La duración no está fija, los tours son flexibles y se adaptan a lo que necesites.
No, algunos colegios cobran entrada aparte que no está incluida en el precio del tour.
Sí, todas las zonas y caminos son accesibles para sillas de ruedas, incluyendo opciones de transporte cercanas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito durante el recorrido.
Sí, los animales de servicio están permitidos durante toda la experiencia.
Los puntos de inicio y fin son flexibles y se organizan según tu comodidad.
Sí, el tour incluye los lugares más destacados de Cambridge y sus colegios universitarios.
Tu día incluye paseos guiados por el centro de Cambridge y entrada a algunos colegios universitarios seleccionados (puede haber que pagar entrada en algunos), con rutas personalizadas que comienzan donde tú prefieras—todo guiado por expertos que conocen cada rincón a la perfección.
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