Disfruta del amanecer en Monte Batur sin necesidad de caminar, subiendo en jeep privado mientras guías locales cuentan historias y sirven desayuno en el techo. Cruza los campos de lava negra de antiguas erupciones, toma fotos con ayuda del conductor y vuelve con polvo volcánico en tus zapatos y una nueva pasión por madrugar.
Te seré sincero: pensaba que me perdería algo por no subir caminando al Monte Batur. Pero sentado en ese jeep rugiente antes del amanecer, envuelto en una chaqueta prestada, entendí lo equivocado que estaba. El aire olía a tierra mojada y café (¿quizá de un termo?), y nuestro conductor Kadek nos sonreía por el espejo retrovisor mientras subíamos a trompicones por la pendiente oscura. Cuando finalmente paramos, el cielo empezaba a teñirse de naranja detrás del volcán. Me subí al techo (con un poco de torpeza—se me resbaló el pie) y me senté con las piernas colgando, comiendo un sándwich de plátano mientras el vapor del té se elevaba. Todo estaba en silencio, salvo por un par de jeeps cercanos; todos susurrando o simplemente contemplando esa vista. Aún recuerdo ese silencio.
Después del amanecer, Kadek nos llevó a dar un paseo por los campos de lava negra. El suelo aquí es áspero y agrietado, como si alguien hubiera tirado una bandeja gigante de brownies quemados por todo el valle. Kadek nos contó que eso fue producto de una de las erupciones más grandes de la Tierra (traté de imaginarlo, pero solo me sentí pequeño). Nos señaló cómo algunos locales aprovechan pequeños bolsillos de tierra fértil entre las rocas para cultivar chiles—“tierra picante”, bromeó. Todos bajamos a explorar; mis zapatos se llenaron de un polvo negro fino que se quedó pegado por días. Hay algo extrañamente hermoso en ese paisaje—nada crece excepto unas hierbas resistentes y se siente el olor a minerales en el aire.
Nos turnamos para posar en fotos—Kadek insistía en encontrar el ángulo perfecto (“muévete a la izquierda… no, más a la izquierda!”). La verdad, soy pésimo para salir natural, pero nos hizo reír tanto que no importó. Cuando regresamos a Ubud, mi cabello olía a azufre y desayuno, y me sentía sorprendentemente despierto para alguien que nunca ve el amanecer por elección propia. En esta excursión desde Bali al Monte Batur no hay caminatas; simplemente te relajas y dejas que te lleven a lugares a los que nunca llegarías por tu cuenta.
No, no hay caminatas; todo el recorrido y la exploración de los campos de lava se hacen en jeep 4x4.
Incluye recogida y regreso al hotel (privado o compartido), paseo en jeep, guía/conductor, desayuno, entradas, impuestos y sesión de fotos.
Se sale antes del amanecer para llegar a tiempo al monte; la hora exacta depende de la ubicación de tu hotel.
La edad mínima es 7 años; no se recomienda para personas con ciertas condiciones de salud.
Sí, incluye sándwiches de plátano, huevos cocidos, barra de chocolate y té o café servidos en el techo del jeep.
Puedes elegir entre paquetes privados o compartidos; en ambos casos tendrás jeep privado durante el recorrido.
Tu día incluye traslado privado o compartido desde y hacia tu hotel en Bali (según paquete), todas las entradas e impuestos, un conductor/guía profesional con jeep 4x4 privado para explorar los miradores del amanecer y los campos de lava negra alrededor del Monte Batur, además de un desayuno caliente (sándwiches de plátano, huevos, barra de chocolate) y té o café servido desde el techo antes de regresar.
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