Aprenderás a surfear en Canggu con un guía local que mantiene todo relajado pero real—desde lo básico de seguridad en tierra hasta atrapar tu primera ola juntos. Prepárate para caídas en la arena, risas saladas y esos momentos fugaces en que te levantas y todo encaja—pequeñas victorias que recordarás mucho después de irte de Bali.
Para ser sincero, pensé que solo me iba a caer un montón y listo. Pero algo en el aire de la playa de Canggu (salado, cálido y un poco pegajoso) me animó a intentarlo de verdad. Nuestro instructor, Wayan, nos recibió con una sonrisa enorme y nos entregó rashguards que olían a bloqueador y mar. Empezó con una charla de seguridad bajo la sombra de unas palmeras—nada complicado, solo consejos reales sobre las corrientes y cómo no entrar en pánico si te caes (que fue mucho en mi caso). El sonido de las olas era más fuerte de lo que esperaba; casi ahoga los nervios.
Hicimos estiramientos en la arena—Wayan bromeó con mi “yoga balinés”—y luego nos mostró cómo remar y levantarnos en la tabla. Parecía fácil cuando él lo hacía. ¿Yo? Para nada. Mis brazos se sentían como gelatina en diez minutos. Pero él no paraba de dar pequeños consejos (“¡mira hacia adelante, no hacia abajo!”), y de alguna manera ayudaba. La primera vez que agarré una ola—aunque solo me mantuve de pie dos segundos—juro que mi corazón latía más fuerte que el mar. Hubo un instante en que todo se silenció excepto el rush bajo mis pies.
Después nos quedamos sentados en las tablas, con las piernas colgando en el agua, viendo a otros principiantes caer o animarse cuando alguien lograba pararse. El sol empezaba a caer, pero nadie tenía prisa por irse—ni siquiera Wayan, que seguro ha visto a miles de novatos. Nos contó historias de su infancia aquí y cómo las tablas grandes son “lo mejor” para aprender (ahora le creo). Tenía la cabeza llena de sal y los brazos hechos gelatina, pero la verdad es que sigo pensando en esa vista desde el agua—Canggu detrás, el cielo dorado—y me pregunto cuándo volveré a subirme a una tabla.
La clase dura 2 horas: 30 minutos en tierra para seguridad y técnica, y luego 1 hora y 30 minutos en el agua practicando.
Sí, está pensada para todos los niveles, incluyendo quienes nunca han surfeado.
Incluye rashguard, agua embotellada y el uso de una tabla durante la sesión.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de encuentro.
No, no se recomienda para embarazadas ni para quienes tengan problemas de columna o cardiovasculares.
Tu sesión incluye una tabla adecuada a tu nivel (se recomiendan tablas grandes si eres principiante), un rashguard para que estés cómodo, y agua embotellada para mantenerte hidratado bajo el sol de Bali—todo guiado por un instructor local con experiencia de principio a fin.
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