Cruza el puerto de Mumbai en ferry con un guía local que revive la historia de la Isla Elephanta, desde antiguos templos hindúes hasta senderos en el bosque. Disfruta las sombras frescas dentro de la Cueva 1, sorpresas como pausas para jugo de lima, y todo con recogida en hotel y entradas incluidas. Un día que se queda contigo mucho después de volver a la ciudad.
No esperaba que la ciudad quedara atrás tan rápido. Un momento estábamos entre el tráfico matutino de Mumbai, con bocinas por todos lados, y al instante el mar se abrió frente a nosotros. El ferry a la Isla Elephanta no es lujoso (asientos de plástico, olor a diésel, vendedores de chai con bandejas al hombro), pero hay algo en ese lento viaje que te hace sentir que dejas más que solo la ciudad atrás. Nuestro guía, Sameer, señaló el horizonte que se hacía pequeño y nos contó que aquí llaman a la isla Gharapuri, “la ciudad de las cuevas”. Intenté repetirlo; él sonrió y corrigió mi acento con paciencia. La brisa sabía a sal y un poco a metal.
Al pisar la Isla Elephanta, el cambio es casi chocante: silencio salvo por los pájaros y un tambor lejano entre los árboles. Caminamos por senderos sombreados bordeados de puestos de souvenirs (muchos elefantes tallados, claro), y subimos escaleras de piedra que parecían más viejas que todo lo que había visto en casa. Dentro de la Cueva 1, el aire era fresco y oscuro; la linterna de Sameer iluminaba detalles en las tallas que yo jamás habría notado solo: los pliegues en la túnica de Shiva, desgastados pero aún suaves al ojo. Nos explicó cómo algunas esculturas han resistido siglos de aire salino e invasiones. Hay una estatua enorme de Shiva con tres caras que, sinceramente, las fotos no le hacen justicia. Me quedé allí más tiempo del que pensaba.
Después seguimos por cuevas más pequeñas, estupas budistas medio ocultas entre raíces, monos que nos miraban (seguro esperando algún snack). Empezó a lloviznar cinco minutos, justo para que todo oliera a tierra mojada y verde, y luego el sol volvió como si nada. Bajando, Sameer nos compró jugo dulce de lima en un puesto; todavía no sé si fue la fruta o el alivio tras tantas escaleras lo que hizo que supiera tan bien.
El regreso fue más tranquilo; todos parecían perdidos en sus pensamientos o simplemente cansados de caminar. Pero yo seguía pensando en esas tallas silenciosas en la piedra oscura, que han visto pasar a la gente por siglos. Si buscas una excursión desde Mumbai a las Cuevas Elephanta que sea a la vez extraña y sorprendentemente tranquila, esta es la indicada.
Las cuevas están a unos 10 kilómetros al este de Mumbai, cruzando el puerto en ferry.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel o puerto, excepto si eliges la opción de grupo pequeño.
El guía experto habla inglés, hindi o maratí.
Sí, las entradas están incluidas en el precio del tour.
Se incluyen botellas de agua mineral para los participantes.
El ferry de Mumbai a la Isla Elephanta tarda aproximadamente una hora en cada trayecto.
Sí, pueden participar bebés y niños; se permiten cochecitos o carriolas.
El tour es apto para todos los niveles físicos, aunque incluye subir algunas escaleras.
Tu día incluye recogida en hotel o puerto en vehículo con aire acondicionado (salvo opción grupo pequeño), billetes de ferry ida y vuelta por el puerto de Mumbai, todas las entradas a las Cuevas Elephanta, guía en inglés, hindi o maratí durante la visita, además de botellas de agua mineral para el recorrido y regreso cómodo al final del día.
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