Si quieres descubrir el desierto de Jaisalmer sin multitudes ni trampas turísticas, este safari en camello es para ti. Visitarás lugares escondidos como Khaba Fort y el oasis Dedha, montarás camellos por dunas auténticas, probarás comida local hecha al fuego y disfrutarás del atardecer que se convierte en una noche estrellada—todo en una sola tarde.
El aire del desierto se sentía seco pero nada agresivo mientras avanzábamos por el camino fuera de Jaisalmer, con nuestro conductor contándonos historias de su infancia en un pueblo cercano. Cuando llegamos a Khaba Fort, el sol ya comenzaba a caer, proyectando sombras largas sobre las antiguas paredes de piedra. Hay algo mágico y misterioso al recorrer esas ruinas vacías: solo el viento silbando entre los arcos rotos y unas cabras pastando entre la hierba seca. Nuestro guía, Raju, nos mostró pinturas descoloridas en las paredes y nos contó historias de las familias que vivieron allí hasta que desaparecieron casi de la noche a la mañana.
Después de Khaba, paramos en un lugar que no conocía: el lago del oasis Dedha. Es pequeño, pero sorprendentemente verde en medio del Thar. Se escuchan los cantos de los pájaros entre los juncos y se siente el aroma a tierra húmeda mezclada con el sudor de los camellos. Tomamos un chai dulce mientras veíamos libélulas rozar la superficie del agua. Luego llegó el momento de conocer a nuestros camellos: el mío se llamaba Badal y tenía la costumbre de resoplar cada pocos pasos. El paseo por las dunas duró cerca de una hora y media; es un camino lleno de baches pero tranquilo, solo arena que se extiende hasta donde alcanza la vista y ese crujido suave bajo los pies.
El atardecer fue silencioso, sin multitudes, solo nuestro pequeño grupo sentado sobre la arena fresca mientras todo se teñía de dorado y luego de rosa. La cena llegó justo después: pakoras frescos, chapati, dal cocinado al fuego abierto por uno de los guías (me dejó intentar darle la vuelta al chapati—gran error). Comimos bajo un cielo que se oscurecía minuto a minuto hasta que de repente aparecieron más estrellas de las que he visto en mi vida. Sobre las 9:30 pm subimos a los jeeps para volver, todavía sacudiéndonos la arena de la ropa.
Los niños pueden participar si se sienten cómodos montando camellos; hay asientos para bebés disponibles bajo petición. Eso sí, no hay baños durante el recorrido.
Lleva protector solar, gafas de sol, un sombrero o pañuelo para el polvo y quizá una chaqueta ligera porque refresca rápido después del atardecer. Agua se proporciona, pero puedes llevar tu propia botella.
La cena es vegetariana, recién hecha y muy sabrosa. Si prefieres comida no vegetariana, está disponible con un costo extra si avisas con anticipación.
El tour comienza alrededor de la 1:30 pm en invierno o 2:30 pm en verano y regresas a Jaisalmer sobre las 9:30 pm.
Al llegar al oasis te ofrecerán chai o café ilimitado, snacks como pakora y papas durante las pausas, y una cena vegetariana completa cocinada al momento. Siempre hay agua disponible. Si quieres comida no vegetariana o alcohol, avísanos antes; tiene un costo adicional.
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