Recorre a caballo la exuberante jungla de Roatán (incluso cruzarás el mar), y luego relájate en la playa West Bay con tiempo para nadar o descansar antes de que zarpe tu barco. Una mezcla perfecta de aventura y descanso, guiada por locales expertos y amigables.
Al bajar del barco, vi a nuestro guía esperándonos justo al otro lado de la calle, fácil de reconocer con su cartel. El aire estaba cálido y denso, con ese toque salado del mar cerca. Subimos a una van con aire acondicionado (bendita brisa) y nos adentramos por las calles vibrantes de Roatán rumbo al oeste. El camino fue como una pequeña ventana a la vida diaria de la isla: niños con uniforme camino a la escuela, puestos de frutas con mangos apilados, y algún perro callejero echado a la sombra.
El paseo a caballo comenzó justo afuera de un rancho pequeño, donde algunos locales amables nos ayudaron a montar. La mía se llamaba Luna, y tenía la costumbre de mover las orejas cada vez que le hablaba. Seguimos un sendero estrecho bajo un dosel verde intenso, con rayos de sol que se colaban entre las hojas, y de vez en cuando se escuchaba el canto lejano de un ave o el aroma de flores silvestres mezclado con el sudor de los caballos. Nuestro guía nos señaló una iguana verde brillante tomando el sol en una rama; si no nos hubiera parado, seguro la habría pasado por alto. Tras unos treinta minutos, llegamos a la orilla del agua. Montar directo en las aguas poco profundas fue una experiencia única: los caballos parecían disfrutarlo tanto como nosotros, chapoteando mientras tomábamos fotos junto al gran cartel de Roatán.
Después de quitar un poco de arena y despedirnos de Luna, nos dirigimos a la playa West Bay. Es de esos lugares que ves en revistas de viaje pero que en persona se sienten aún mejor. Arena fina y suave bajo los pies, agua turquesa clara que parece no tener fin, y la brisa justa para estar cómodo. Siempre hay alguien vendiendo agua de coco fría cerca, ideal después de un paseo bajo el sol. Tuvimos tiempo de sobra para nadar o simplemente descansar bajo una sombrilla antes de regresar al puerto (con mucho tiempo para llegar sin prisas). Si te preocupa perder el barco, no te preocupes; ellos se encargan de que llegues a tiempo.
¡Claro! Los guías son pacientes y atentos, y te asignan un caballo según tu nivel, incluso si nunca has montado antes.
Sí, hay tiempo libre suficiente para nadar, relajarte o tomar un snack antes de volver al barco.
Tu guía estará esperándote justo afuera de la entrada del puerto, al otro lado de la calle, con un cartel con el nombre de la compañía. Es fácil de reconocer.
¡Sí! Los bebés pueden ir en el regazo de un adulto o en asientos especiales, y también se permiten cochecitos.
Tu día incluye transporte privado ida y vuelta desde el puerto en vehículo con aire acondicionado, paseo a caballo guiado por senderos en la jungla (con tiempo para entrar al agua), todo el equipo necesario para montar, y acceso a la playa West Bay con regreso garantizado a tiempo para tu barco. Guías locales amables te acompañan en todo momento.
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