Saldrás desde Malabo rumbo a las cascadas salvajes de Ureka—prepárate para caminar por la selva, nadar en pozas frescas bajo caídas de agua impresionantes y compartir un almuerzo local sencillo con tu grupo. Tu guía te contará historias de Bioko mientras disfrutas los sonidos y aromas de la naturaleza. Aquí no se trata de fotos perfectas, sino de dejarte llevar y vivir el momento.
Desperté con el sonido de las ruedas crujiendo sobre la grava — acabábamos de dejar Malabo atrás y el aire ya se sentía más denso y verde. Nuestro guía, José, sonrió en el retrovisor y comentó que después del último pueblo el camino se pone rudo. No bromeaba. Intenté contar palmeras pero perdí la cuenta cuando pasamos por un tramo donde la luz del sol parpadeaba tan rápido que parecía un estroboscopio. Las ventanas estaban abiertas y se olía la tierra, las hojas mojadas y algo salado que debía ser el mar.
Cuando finalmente llegamos a Ureka, había menos ruido del que esperaba — solo nosotros, algunos locales descargando cajas junto a una cabaña de madera y los pájaros haciendo un ruido agudo en los árboles. Seguimos a José por un sendero arenoso que nos llevó directo a una de las cascadas. El agua caía con tanta fuerza que la sentías en el pecho antes de verla. Metí los dedos del pie primero (¡frío!) pero terminé metiéndome hasta la cintura porque los demás me retaron. Hubo un momento en que floté de espaldas mirando las lianas colgando arriba — una paz rara, a pesar del ruido.
El almuerzo fue sencillo: arroz, pescado a la parrilla envuelto en hojas de plátano y agua embotellada. Nos sentamos en unas piedras mientras José nos contaba cómo su abuela lo traía aquí de niño — se reía recordando las sanguijuelas que se le pegaban en las piernas (hoy no apareció ninguna, por suerte). Intenté pedir “más pescado” en español y lo dije fatal; una de las viajeras se rió tapándose con su botella de agua. Después caminamos un rato por la playa, sin zapatos, con la arena pegándose por todos lados. Todavía recuerdo esa sensación — sol en la piel mojada y sin importar que los pantalones se ensuciaran.
El tour incluye transporte en vehículo con aire acondicionado desde Malabo directo a Ureka.
Sí, hay oportunidades para nadar tanto en las pozas de las cascadas como en lagunas o zonas tranquilas cercanas al mar.
Sí, durante la visita se incluye un almuerzo que normalmente se disfruta al aire libre rodeado de naturaleza.
Sí, un guía local acompaña al grupo durante toda la excursión.
El tour es accesible para sillas de ruedas y pueden participar bebés; también se permiten cochecitos.
Visitarás dos o tres cascadas principales, según el tiempo y las mareas.
Lleva traje de baño y quizá una toalla, ya que habrá varias oportunidades para nadar durante el tour.
Tu día incluye recogida en Malabo en un vehículo con aire acondicionado y agua embotellada; un guía local con conocimiento profundo de las historias de Bioko te acompañará. El almuerzo está incluido, generalmente pescado fresco o arroz, que se disfruta al aire libre antes de regresar a última hora de la tarde.
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