Recorre Naxos en un bus con aire acondicionado y recogida incluida, visitando el Templo de Deméter, probando licores locales en Chalki, almorzando en la callejuelas de mármol de Apeiranthos y disfrutando el mar en Apollonas. Ríe con los locales, participa en un taller de cerámica y maravíllate frente a estatuas milenarias, con tiempo libre para explorar a tu ritmo.
Al bajar del bus en Chalki, alguien me ofrece un vasito pequeño de souma antes de que pueda dar un paso — la guía sonríe y dice “para dar valor.” La mañana empezó con esa caminata lenta cuesta arriba hacia el Templo de Deméter, con el sol ya fuerte sobre las piedras antiguas. Se olía un leve aroma a tomillo silvestre por todas partes, y yo me quedaba atrás porque no podía dejar de mirar los dibujos en el mármol. El museo es pequeño pero tiene un aire muy personal, como el desván de alguien lleno de historias. Tuvimos que pagar la entrada por nuestra cuenta, lo que me sorprendió un poco, pero así podías quedarte el tiempo que quisieras.
Manolis, en Damalas, tiene unas manos grandes cubiertas de barro — se ríe cuando ve lo mal que manejo el torno (“todo está en el pulgar,” dice). La antigua almazara al lado es fresca y sombreada; aún se siente el olor del aceite en la madera vieja. Al mediodía, Chalki vibraba con el canto de las cigarras y los tenderos saludando desde sus puertas. Si alguna vez intentas decir “Vallindras” como un local, prepárate para que te corrijan con cariño (yo la lié dos veces). Nuestra guía, María, nos señaló su panadería favorita pero nos advirtió que no llenáramos mucho el estómago porque el almuerzo valdría la pena.
Apeiranthos es luz reflejada en callejuelas de mármol y viejos jugando al backgammon bajo las parras. Tuvimos casi hora y media aquí, tiempo suficiente para almorzar (el cerdo rostizado es dulce, salado y muy sabroso) y pasear despacio entre tiendas con tejidos que ni sabía cómo llamar. Es fácil perderse, pero a nadie parece importarle. Después fuimos a Apollonas: barquitos azules meciéndose suavemente en el puerto, niños saltando a un agua que parecía helada (aunque seguro no lo estaba). Me senté junto al mar con un café tan fuerte que la cuchara se mantenía derecha.
La última parada fue Kouros, una estatua de mármol enorme que parece abandonada a medio contar una historia. María nos contó que lleva más de 2,500 años ahí; de verdad parecía que el tiempo se detenía a su lado. El viaje de regreso en bus volvió a serpentear por las montañas, todos un poco más callados ahora. A veces sigo pensando en esas calles frescas de piedra en Apeiranthos — ya sabes cómo hay lugares que se quedan contigo.
El tour dura casi todo el día con varias paradas por la isla, incluyendo tiempo para almorzar y pasear por varios pueblos.
Sí, la recogida está incluida desde lugares céntricos como Naxos Town, Stelida, Agia Anna, Agios Prokopios y Plaka Beach.
Sí, las entradas para el Templo de Deméter no están incluidas; se pagan en la entrada.
Si está cerrado (los martes o el 1 de mayo), se da más tiempo libre en otros sitios como Chalki o Apeiranthos.
No hay almuerzo incluido, pero hay tiempo libre para comer en Apeiranthos y probar platos locales.
Es apto para todos, aunque incluye caminar por terrenos irregulares y carreteras de montaña con curvas.
Un acompañante local con experiencia lidera el grupo, pero no está autorizado para guiar dentro del Templo de Deméter.
Hay tiempo libre en Apollonas, donde puedes bañarte si quieres.
Tu día incluye transporte con aire acondicionado por la isla de Naxos con un acompañante local en inglés; recogida en zonas principales; visitas prácticas como el taller de cerámica de Manolis; las entradas no están incluidas, así que lleva efectivo para sitios como el Templo de Deméter; y mucho tiempo libre para explorar o almorzar a tu ritmo antes de regresar por la tarde.
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