Prueba cinco vinos griegos con un sommelier privado en Atenas, degusta quesos y aperitivos locales, y escucha las historias detrás de cada botella. Ríe con los maridajes, disfruta una charla relajada y contempla la Acrópolis mientras saboreas — unas horas acogedoras y memorables.
¿Conoces esa sensación de salir de una calle llena de gente en Atenas y de repente todo se vuelve más tranquilo? Así empezó para mí: un minuto esquivando motos y al siguiente, en un espacio sereno justo bajo la Acrópolis, donde nos esperaba nuestra sommelier, Eleni. Tenía esa habilidad de hacer que todos nos relajáramos al instante, aunque yo estaba nervioso por decir alguna tontería sobre “notas” o algo así. La mesa ya estaba puesta con cinco copas (tres blancas y dos tintas), y pequeños cuencos con nueces e higos secos que olían dulce y terroso a la vez.
Eleni no nos dio una clase magistral, simplemente empezó a servir y a contar cómo las regiones vinícolas griegas están moldeadas por el mar o las montañas. Primero me pasó una copa de Santorini y, sinceramente, sabía a aire salado (o quizás solo era mi imaginación). También probamos quesos — uno era tan cremoso que casi se pegaba a los dientes. En un momento alguien preguntó por maridajes y Eleni se rió, diciendo que su abuela nunca bebía vino sin palitos de pan. Intenté repetir el nombre del queso en griego; ella sonrió pero no me corrigió. Todo se sintió más como una charla entre amigos que una cata formal.
Con la última copa (un tinto intenso de Naoussa), ya estábamos compartiendo historias sobre comidas en casa. La luz afuera había cambiado — si te inclinabas un poco, podías ver la Acrópolis iluminada a través de la ventana. A veces aún recuerdo esa vista cuando abro una botella en casa. No fue nada pretencioso ni rígido; solo buena compañía, sabores auténticos y un poco del calor ateniense guardado en una tarde.
La cata incluye cinco vinos griegos destacados: tres blancos y dos tintos.
Sí, se ofrecen tres tipos de quesos artesanales griegos junto con nueces, frutas secas y palitos de pan.
Sí, la actividad es accesible y cuenta con opciones de transporte adecuadas cerca.
Sí, un sommelier privado dirige toda la experiencia de cata.
Pueden asistir bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y carriolas.
No incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cercanas.
Sí, se permiten animales de servicio durante la actividad.
Tu tarde incluye cinco vinos griegos destacados (tres blancos y dos tintos), tres tipos de quesos artesanales griegos acompañados de nueces, frutas secas y palitos de pan, agua filtrada durante toda la sesión — todo guiado por un sommelier privado experto en un espacio accesible cerca del transporte público.
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