Si buscas algo más que turismo—si quieres sentir la historia bajo tus pies y ver Ghana con ojos locales—esta excursión es para ti. Caminarás por pasarelas en la selva, estarás dentro de las murallas del Castillo de Elmina y conectarás con historias que te acompañarán mucho después de partir.
Al bajar de la furgoneta en el Parque Nacional Kakum, el aire se sentía denso—casi dulce—con ese aroma a tierra mojada que solo se percibe después de la lluvia matutina. Nuestro guía, Kwame, repartió botellas de agua y sonrió señalando la pasarela del dosel sobre nuestras cabezas. Confieso que mis piernas temblaron un poco al subir los primeros escalones de madera, pero una vez arriba, solo estás tú, los pájaros (¡qué ruido tan intenso!) y un verde infinito que se extiende en todas direcciones. La pasarela se mueve ligeramente bajo tus pies—nada que asuste, solo lo justo para recordarte que realmente estás entre los árboles.
Más tarde, recorrimos carreteras serpenteantes hasta el Castillo de Elmina. Las paredes blancas parecen casi tranquilas desde afuera, pero adentro la historia es otra. Nuestro guía no ocultó nada—nos mostró las mazmorras estrechas y contó historias de familias desgarradas aquí durante el comercio transatlántico de esclavos. Hubo un momento en uno de los pasillos oscuros donde percibí un leve olor a mar mezclado con piedra antigua—me impactó profundamente. No puedes evitar reflexionar sobre lo que sucedió en este lugar.
En el Parque del Río de los Esclavos Ancestral de Assin Manso, todo se volvió silencioso. Los locales todavía vienen aquí para limpiezas espirituales en el río—el mismo lugar donde los esclavos se daban su último baño antes de ser enviados para siempre. Nos invitaron a participar en un ritual sencillo junto al agua; fue una experiencia respetuosa y reconfortante. El almuerzo se sirvió bajo la sombra de un árbol—arroz jollof y pollo a la parrilla de un vendedor cercano que bromeaba sobre su “especia secreta”. Honestamente, fue de la mejor comida que probé en Ghana.
¡Sí! La excursión es familiar y accesible para todos los niveles de condición física. Hay opciones para cochecitos y sillas de ruedas en cada parada.
Lo mejor es ropa ligera—aquí hace humedad. Zapatos cómodos son clave para caminar en Kakum. Proveemos almuerzo y bebidas; solo trae protector solar y quizá un paraguas si parece que va a llover.
El día completo dura unas 8 horas, incluyendo el traslado entre sitios y el tiempo en cada lugar.
Tu transporte privado se encarga de todos los traslados entre paradas. El almuerzo (con bebidas sin alcohol) está incluido—¡prepárate para platos locales deliciosos! Adaptamos para sillas de ruedas, cochecitos, asientos para bebés y animales de servicio para que todos puedan participar cómodamente.
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