Si quieres conocer las montañas salvajes de Georgia y su auténtica vida local en un solo día, esta excursión combina historia, paisajes y sorpresas, desde fortalezas milenarias hasta manantiales minerales y la famosa iglesia en la cima de Stepantsminda.
Saliendo temprano de Tbilisi, seguimos el curso del río Aragvi por un desfiladero impresionante. El aire estaba fresco, incluso en verano, y se percibía el aroma de hierbas silvestres cuando paramos junto al embalse de Zhinvali. El agua tiene ese tono azul verdoso tan peculiar, casi irreal. Nuestro guía, Giorgi, nos contó cómo la presa cambió la vida de los pueblos cercanos. Si miras con atención, aún puedes ver pescadores lanzando sus cañas desde la orilla opuesta.
La siguiente parada fue la fortaleza de Ananuri. Sus gruesos muros y torres se alzan sobre la orilla del río; es fácil imaginar antiguas batallas aquí. Dentro, las paredes de la iglesia están decoradas con relieves desgastados. Giorgi nos narró historias sobre los eristavs de Aragvi, los gobernantes locales que habitaron este lugar. Afuera, un pequeño vendedor ofrece churchkhela, esos dulces georgianos con nueces; me llevé uno para más tarde.
Hicimos una pausa en la confluencia de dos ríos: el Aragvi Blanco y el Negro. Notarás que sus aguas no se mezclan de inmediato; es un espectáculo curioso, como una línea que divide el agua. Más adelante, paramos en el Arco de la Amistad. El viento allí arriba es cortante y frío, incluso en junio, pero las vistas se extienden hasta donde alcanza la vista, con colinas verdes y picos rocosos.
También hay un manantial mineral junto a la carretera, conocido por los locales como “el río dorado” por sus depósitos anaranjados. El sabor es metálico y salado, no apto para todos, pero vale la pena probarlo solo para decir que lo hiciste.
El último tramo nos llevó al pueblo de Stepantsminda, al pie del monte Kazbek. Cambiamos a jeeps para subir por el camino accidentado hasta la iglesia de la Trinidad de Gergeti. Está solitaria en la cima de una colina, con nubes arremolinándose a su alrededor, justo como en esas postales antiguas o los poemas de Pushkin. Allí arriba reina el silencio, solo roto por el viento y el sonido de las campanas de las vacas en el valle. Si tienes suerte con el clima, verás la cima nevada del Kazbek justo detrás de la iglesia.
¡Sí! La ruta es cómoda para la mayoría y ofrecemos asientos para bebés si los necesitas. La única parte empinada es la subida a la iglesia de Gergeti en jeep.
Necesitarás unos 15 GEL por persona para el jeep hasta la iglesia de Gergeti y algo extra si quieres comprar snacks o souvenirs durante el camino.
El clima en la montaña cambia rápido, lo mejor es vestirse en capas. Lleva una chaqueta ligera aunque sea verano; hace viento en paradas altas como Gudauri.
Vehículo privado con aire acondicionado y un guía local amable que conoce todas las historias de cada parada. También disponemos de asientos para bebés, solo avísanos con anticipación.
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