Saldrás de Tbilisi para vivir un día que se siente extraño y a la vez reconfortante: compra snacks con el grupo, admira de cerca las Montañas de Colores, camina en el silencio del desierto de Udabno y explora el antiguo monasterio en las cuevas de David Gareja con un guía local antes de volver al atardecer.
Para ser sincero, me apunté a esta excursión a las Montañas de Colores y David Gareja principalmente por las fotos impresionantes que había visto en internet. Pero cuando estuve allí, con los zapatos crujendo sobre la tierra salada junto al lago (que parecía de otro planeta), entendí que no era solo por los colores. Nuestro grupo aún estaba medio dormido cuando nos juntamos en Tbilisi, pero después de comprar unos snacks en una tiendita al borde del camino (la señora me miró raro cuando señalé un pastel que no conocía, pero lo compré igual), todo empezó a sentirse más real. El aire allá afuera es seco y cortante, y se huele polvo con un toque metálico.
El viaje por el pueblo de Udabno fue algo surrealista. En georgiano significa “desierto”, y no es para menos: colinas infinitas en tonos beige, uno que otro pastor saludándonos al pasar. Nuestro guía, Giorgi, no paraba de contar datos sobre cómo este es el único semi-desierto de Georgia. También se rió cuando alguien intentó pronunciar “Udabno” (ni voy a intentar escribir cómo sonó). Las Montañas de Colores en persona... bueno, no parecen reales. Tienes rayas rojas, ocres y verdes pálidos bajo tus pies, como si alguien hubiera derramado pintura por todas partes. Caminamos un poco —nada muy exigente— y tomamos demasiadas fotos. El sol ya estaba alto y recuerdo que entrecerraba tanto los ojos que se me llenaron de lágrimas.
Luego visitamos el Monasterio de David Gareja. El lugar tiene algo que te calma —piedras antiguas, frescos desvaídos en las capillas dentro de las cuevas, un soldado en la frontera con Azerbaiyán que solo nos observaba pasar. Giorgi contó historias sobre cómo San David eligió este sitio por su aislamiento; realmente parece estar desconectado de todo. No hay parada para almorzar aquí (así que sí, lleva snacks), pero la verdad es que no me importó —quizás el hambre agudizó mis sentidos. De regreso a Tbilisi, el grupo estaba más callado que al principio. Esa imagen de colinas rayadas me quedó grabada más tiempo del que esperaba.
El tour dura unas 7 horas, regresando a Tbilisi alrededor de las 5 pm.
No, no hay parada para almorzar; se recomienda comprar snacks en la primera tienda.
Sí, no se permiten pantalones cortos dentro de las iglesias y las mujeres deben cubrirse la cabeza.
Sí, el transporte está incluido desde Tbilisi durante todo el tour.
El tour es apto para todos los niveles, pero no se recomienda para personas con problemas de columna o salud cardiovascular.
La edad mínima para participar es de 5 años.
Sí, el tour se hace con cualquier clima; se recomienda vestir apropiadamente.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde Tbilisi y un guía local profesional que te acompañará en cada parada —desde comprar snacks hasta caminar entre las Montañas de Colores y explorar el Monasterio de David Gareja— para luego llevarte de regreso a la ciudad al atardecer.
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