Camina París con alguien que la vive de verdad: de plazas animadas a jardines tranquilos, probando quesos en Marché Aligre y disfrutando un café fuerte en Montmartre. Tu tour privado se adapta a tus gustos con un guía local que se siente más como un amigo que como un guía. Prepárate para sorpresas y, quizás, deja el móvil en el bolsillo por una vez.
Quedamos con nuestra guía, Camille, justo en Place de la République; ya nos saludaba con la mano antes de que la viera entre la multitud. La noche anterior había rellenado su pequeño cuestionario (me costó más de lo que esperaba, ¿cómo elegir entre comida y arte?), y ella había preparado una ruta que combinaba ambas cosas. La plaza estaba llena de vida, scooters zigzagueando entre la gente, un tipo tocando el acordeón a un lado. Camille señaló una estatua donde a veces se reúnen manifestantes; dijo que es como el latido de la ciudad. Luego nos adentramos en Le Marais, recorriendo callejuelas que olían a café y pan recién hecho. Nos llevó a una panadería donde ella compra sus baguettes (intenté pedir en francés; ella sonrió pero no me corrigió). Era como pasear con una amiga que conoce todos los atajos.
No esperaba que me encantara tanto el Marché Aligre. No es fancy, solo gente de verdad comprando queso y gritando por tomates. Camille nos dio pequeñas muestras de algo cremoso (no recuerdo el nombre) y nos contó historias de su abuela comprando ahí. Hubo un momento en que un señor mayor nos guiñó un ojo después de que, sin querer, bloqueamos su paso por la emoción con las fresas; fue como meternos un instante en la rutina diaria de alguien más. Después tomamos el metro (Camille se encargó de los billetes) y acabamos en la Coulée Verte René-Dumont, una antigua vía de tren convertida en paseo verde sobre la ciudad. Flores silvestres por todos lados, grafitis asomándose entre las hojas; se oía el tráfico abajo, pero allí arriba solo cantaban los pájaros y el viento en los árboles.
Montmartre fue el último destino. Subir esas escaleras me quemó las piernas, pero casi no lo noté porque Camille no paraba de señalar detalles: un mural desgastado aquí, un artista dibujando en silencio allá. Evitamos las multitudes del Sacré-Cœur para refugiarnos en un café pequeño escondido tras la hiedra; ella nos pidió el café “a la parisina” (aún no sé qué significa, pero sabía más fuerte). Hablamos de arte y de cómo París siempre parece un poco inacabada, como si aún la estuvieran pintando a tu alrededor. Bajando mientras el crepúsculo caía sobre los tejados, me di cuenta de que no había mirado el móvil en horas, algo raro en mí.
Sí, tras reservar recibirás un cuestionario sobre tus intereses para que tu guía local prepare un itinerario hecho a tu medida.
El tour puede incluir zonas como Montmartre, Le Marais, Jardin du Luxembourg, Marché Aligre, Coulée Verte René-Dumont, Batignolles, Oberkampf u otras según tus preferencias.
Tu guía se pondrá en contacto contigo tras la reserva para hablar de tus intereses y sugerirte un plan.
No, no incluye recogida; quedarás con tu guía en un punto acordado en París.
La experiencia es accesible para sillas de ruedas y apta para todos los niveles; se permiten cochecitos para bebés y animales de servicio.
Puede que uses transporte público o taxis entre sitios; los costes se acuerdan directamente con tu guía después de reservar.
No incluye comidas, pero tu guía te mostrará lugares locales donde comprar snacks o almorzar durante el recorrido.
Podrás elegir la duración al reservar; el horario es flexible según lo que quieras ver.
Tu día incluye comunicación directa con tu guía local para planear cada detalle antes del tour; horarios y duración flexibles; un cuestionario previo para adaptar todo a tu estilo; además de todos sus consejos secretos mientras recorren juntos los barrios de París, sin guiones ni grupos grandes.
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