Recorrerás las calles auténticas de Montmartre, no solo los lugares de postal, guiado por historias locales en cada paso. Descubre rincones secretos, iglesias históricas y refugios de artistas a tu ritmo.
Lo primero que noté fue ese suave aroma dulce a pan recién horneado que salía de una pequeña boulangerie mientras subíamos por unas escaleras escondidas que casi nadie conoce, justo detrás de la Rue Lepic. El aire de la mañana tenía ese frescor típico de París antes del mediodía, y las piedras del empedrado se sentían irregulares bajo mis zapatos. La voz de mi guía de audio, cálida y cercana, como la de un viejo amigo, me invitó a detenerme y mirar hacia atrás: tejados amontonados como libros desordenados, con el Sacré-Cœur brillando en lo alto. Aquí hay más calma de lo que esperaba. Solo se escucha el zumbido lejano de scooters y un par de locales charlando mientras toman café en Le Consulat.
Entramos en Saint-Pierre de Montmartre, que por fuera parece sencilla, pero por dentro se siente milenaria, como si pudieras oler la historia en cada piedra. La guía nos contó historias de artistas que alguna vez dibujaron en esos bancos, y me sorprendí trazando con el dedo las tallas de un banco de madera, imaginando quién se habría sentado allí antes que yo. Unos pasos más adelante, dimos con La Maison Rose—sí, ese café rosa que ves en Instagram por todos lados. Pero en persona es más pequeño y acogedor. Al otro lado de la calle, un pintor montaba su caballete, sin prestarnos atención.
La ruta de audio nos llevó por callejones estrechos cubiertos de hiedra y junto a la pequeña viña de Montmartre—la verdad, nunca imaginé que París todavía produjera vino aquí mismo. Pasamos por los antiguos lugares de Dalí y nos detuvimos ante una estatua con un ramo de violetas marchitas a sus pies; la guía explicó la historia agridulce que hay detrás. Cuando llegamos al Espace Dalí, mi móvil empezó a sonar con notificaciones, pero apenas me di cuenta. La ciudad se extendía abajo, difusa bajo el sol de la tarde. Era como entrar en una pintura de Utrillo, solo que esta vez éramos parte del cuadro.
¡Sí! La ruta es accesible para cochecitos y sillas de ruedas, y puedes pausar o saltarte paradas cuando quieras.
No, solo descarga todo antes de salir. El tour funciona sin conexión y usa GPS para mantenerte en ruta.
No hace falta comprar entradas, todos los puntos son al aire libre o gratis. Puedes explorar tanto como quieras.
Recibirás una guía de audio descargable narrada por un historiador local (para que no te pierdas ningún detalle), indicaciones GPS que funcionan sin conexión y consejos para sacar las mejores fotos. Solo necesitas tu móvil y zapatos cómodos.
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