Recorrerás las mejores pastelerías de Montmartre con un guía local, probando desde chocolates cremosos hasta crêpes hojaldrados y coloridos macarons. Escucharás historias detrás de cada parada, reirás con intentos imperfectos de francés y vivirás momentos de calma donde París se siente cerca. No es solo dulce, es sentirte parte del barrio por unas horas.
“Tienes que probar este,” sonrió nuestro guía, ofreciéndonos un pequeño cuadrado de chocolate casi demasiado perfecto para comer. Estábamos en una callecita escondida de Montmartre — ya había perdido la cuenta después de la tercera pastelería, para ser sincero — y el aire olía a mantequilla tibia y café que se colaba por la puerta abierta de un café. El primer bocado fue más suave de lo que esperaba, se deshacía en la boca, y pensé en cómo París logra que hasta el azúcar se sienta elegante. Caminábamos por adoquines con el sabor del chocolate en la lengua, riéndonos de que solos nunca hubiéramos encontrado esos lugares.
En la siguiente parada intenté pedir un “macaron pistacho” — Li se rió cuando intenté decirlo en francés (seguro lo dije fatal), pero la señora detrás del mostrador me sonrió y me dio uno que sabía a primavera. Nuestro guía nos contó historias de pasteleros que llevan generaciones en el barrio, señalando detalles en los letreros o un mural desgastado sobre la puerta de una panadería. Montmartre tiene algo especial — todos esos colores y aromas sobre la piedra antigua — que te invita a bajar el ritmo. En un momento me quedé parado viendo a un señor barrer la entrada mientras niños pasaban corriendo con cucuruchos de helado, y por un instante sentí que estaba viendo el París de verdad.
Cuando llegamos a la última degustación (creo que era algún tipo de merengue), mis pies ya estaban cansados pero no me importaba. El grupo estaba más callado — tal vez por el exceso de azúcar o simplemente felices — pero alguien aún bromeó diciendo que después de este paseo por Montmartre necesitábamos “cardio serio”. Aún recuerdo esa vista desde la colina, con migas en el bolsillo, deseando haber sacado más fotos pero también contento de no haber pasado todo el tiempo pegado al móvil. Así que sí… si estás en París y buscas un tour gastronómico que se sienta más como pasear con amigos que tachar lugares de una lista, este es el indicado.
El tour incluye 10 degustaciones dulces con chocolates, macarons, pasteles, crêpes, merengues, galletas y helados (según temporada).
El recorrido es en Montmartre, en el distrito 18 de París.
Sí, es apto para todos, aunque implica caminar bastante por calles adoquinadas.
Debes contactar al proveedor con anticipación para comentar tus necesidades y que te puedan ayudar.
No incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
El helado se ofrece solo en temporada, de primavera a otoño.
Tu día incluye paseos guiados por las calles serpenteantes de Montmartre con paradas para probar pasteles hojaldrados franceses, chocolates artesanales, merengues con sabor, crêpes dulces recién hechos, galletas cortas premiadas, variedad de pastelería francesa (incluyendo macarons auténticos), chocolate caliente o frío según la temporada, helados irresistibles cuando están disponibles entre primavera y otoño — y hasta su plato secreto especial en el camino.
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