Recorrerás en bici eléctrica desde Marsella hasta las calas salvajes de las Calanques, con paradas para nadar (si te animas), historias del guía local y vistas inolvidables. Risas, aire salado y un ritmo más tranquilo que la ciudad, con opciones de recogida si las necesitas.
Lo primero que recuerdo es el sonido: las cigarras cantando desde lo alto de los acantilados de piedra caliza mientras salíamos de Marsella en estas tranquilas y resistentes bicicletas eléctricas. Nuestro guía, Luc, nos llamó desde una calle estrecha cerca de la playa de Pointe Rouge. Bromeó sobre el “tráfico marsellés” (un par de motos y un perro) y arrancamos, con el sol calentando mis brazos. Antes de ver el mar ya se siente el olor a sal en el aire, como si la ciudad se disolviera en azul.
Nunca había probado una bici eléctrica y, para ser sincero, pensé que me costaría subir las cuestas, pero fue sorprendentemente fácil. El motor se activa justo cuando lo necesitas, sobre todo al subir hacia Sormiou. Luc nos señaló antiguas casas de piedra escondidas entre pinos; las llamó “cabanons” y contó que familias llevan generaciones viniendo aquí. Paramos en un mirador donde los acantilados caen directamente al agua turquesa. Alguien del grupo soltó un “wow” en voz baja, sin exagerar, solo sorprendido. El silencio es mayor del que esperaba, salvo por el viento y algunas gaviotas peleando por algo invisible.
Bajamos hasta un pequeño pueblo pesquero dentro de la Calanque de Morgiou — barquitos blancos meciéndose, gente charlando rápido al estilo sureño francés. Luc nos contó historias de contrabandistas y pescadores que aún viven allí (intenté pronunciar “Morgiou” bien y todos se rieron). Si querías, podías darte un baño — el agua fría pica un segundo la piel pero te despierta por completo. A veces recuerdo esa sensación cuando estoy atrapado en el tráfico de la ciudad.
Luego pasamos por Cap Croisette — un pequeño puerto de buceo escondido, con madera blanqueada por el sol y aire salado. Terminamos cerca de Pointe Rouge, donde puedes tomar algo o simplemente sentarte en la arena un rato antes de volver a Marsella. Todo fue sin prisas, como si un amigo local te mostrara sus rincones favoritos.
El tour dura entre 3 y 4 horas, según el ritmo del grupo y las paradas.
Sí, hay paradas para nadar de mayo a octubre en Sormiou o Morgiou, según el clima y el grupo.
Sí, funcionan como una bici normal pero con ayuda extra en las cuestas; no necesitas experiencia previa.
El punto de encuentro está cerca de la playa de Pointe Rouge, en un taller local cerca de restaurantes y transporte.
Sí, se ofrece recogida ida y vuelta desde el puerto por un coste extra: 100€ para 1-4 personas o 180€ para 5-8 personas.
Usa calzado cerrado y ropa cómoda; lleva bañador si quieres nadar entre mayo y octubre.
El grupo máximo es de 9 personas; se requiere un mínimo de 3 participantes por tour.
Niños que midan al menos 140 cm pueden usar bici eléctrica al precio de adulto; los más pequeños pueden unirse con acuerdos especiales.
Tu día incluye bici eléctrica con casco, guía local bilingüe que te acompañará por barrios de Marsella y las tres calas principales de las Calanques —con tiempo para nadar si el clima lo permite— y servicio opcional de recogida o regreso desde tu hotel o puerto de cruceros antes de volver a la ciudad.
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