Recorre en sidecar vintage desde Deauville por el campo normando hasta Honfleur, guiado por locales que comparten historias en el camino. Explora la iglesia de Santa Catalina, pasea por calles empedradas y visita una destilería familiar para degustar sidra entre manzanos. Risas, historia y esa sensación única que solo el viaje puede darte.
La verdad, casi me echo atrás cuando vi las nubes de lluvia sobre Deauville esa mañana — pero nuestro piloto del sidecar solo sonrió y me pasó unas gafas ridículas. “El clima de Normandía es parte de la aventura”, dijo, como si fuera un reto. El motor arrancó y de repente estábamos zigzagueando entre antiguas villas y el hipódromo, mi casco un poco torcido (nunca logré ajustarlo bien). El aire olía a hierba mojada y sal marina. Mi amigo en la cesta no paraba de reír cada vez que pasábamos un bache.
Paramos en Honfleur, donde las calles son tan estrechas que casi puedes tocar ambos lados al mismo tiempo si te estiras. Nuestro guía — Baptiste — nos señaló la iglesia de Santa Catalina y nos contó cómo los constructores navales la hicieron con madera de barcos viejos; dentro se olía la madera, una mezcla dulce y un poco de incienso. Hubo un momento en el puerto donde todo se quedó en silencio, salvo las gaviotas peleando por una miga de pan. No esperaba sentirme tan… pequeño, pero en el mejor sentido.
Lo mejor (al menos para mí) fue llegar a esta destilería familiar entre Deauville y Honfleur. Manzanos por todas partes, abejas zumbando. Conocimos a Madame Lefèvre, que nos sirvió sidra y pommeau — se rió cuando intenté decir “calvados” con acento francés (fallé estrepitosamente). Había una calidez en su cocina que me daban ganas de quedarme para siempre. El regreso se sintió más lento, como si hubiéramos tomado prestada la tarde de alguien más.
Sí, la recogida está incluida desde tu hotel en Deauville o Trouville, o en la oficina de turismo.
Cada sidecar lleva un pasajero detrás del piloto y otro en la cesta, así que hasta dos por vehículo.
Sí, visitarás lugares como la iglesia de Santa Catalina en Honfleur y la Villa Strassburger.
Incluye degustación de sidra, pommeau y calvados en la destilería familiar.
Se proporciona ropa impermeable para que disfrutes el paseo sin importar el clima.
La edad mínima es 4 años; las familias son bienvenidas siempre que todos cumplan con ese requisito.
La experiencia dura unas 3.5 horas, incluyendo paradas y degustaciones.
Puedes reservar hasta para seis personas; grupos más grandes (hasta doce) pueden solicitarse bajo petición.
Tu día incluye recogida en hotel o encuentro en la oficina de turismo de Deauville, todos los trayectos en sidecars vintage con pilotos guías, uso de cascos y gafas (y ropa impermeable si hace falta), anécdotas durante el recorrido, entrada a sitios locales como la iglesia de Santa Catalina y la Villa Strassburger cuando sea posible, además de degustaciones de sidra, pommeau y calvados en una destilería familiar antes de regresar cómodamente al punto de partida.
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