Sal del aeropuerto Charles de Gaulle y encuentra tu nombre sin buscar taxis ni cargar maletas solo. Tu conductor privado te espera justo en llegadas, ayuda con el equipaje y te ofrece agua para el trayecto a París. Relájate mientras alguien local se encarga del tráfico y las rutas, y disfruta de cómo París se va mostrando por la ventana —quizá hasta te rías intentando pronunciar nombres franceses.
Jamás olvidaré lo extraño que se sentía el silencio justo afuera de la recogida de equipaje en Charles de Gaulle. Después de todo el caos del aeropuerto —los anuncios que resonaban, el ir y venir de pies cansados— vi mi nombre en un cartel. Eso siempre alivia, ¿verdad? Nuestro conductor, Marc (con una energía tranquila), saludó como si esperara a un viejo amigo, no a otro viajero agotado por el jet lag. Me ayudó con la maleta (que pesaba más de lo que recordaba) y me ofreció una botella de agua antes de llegar al coche. Parece un detalle pequeño, pero créeme, lo necesitaba.
El trayecto hacia París es un poco borroso ahora —quizá por la lluvia en las ventanas o simplemente por el cansancio—. Pero recuerdo a Marc señalando algunos barrios mientras pasábamos, con ese francés mezclado con inglés que hacía todo más ameno. Se rió cuando intenté pronunciar “Boulogne-Billancourt” —la verdad, lo hice fatal. La ciudad empezó a mostrarse poco a poco: primero esas autopistas enormes, luego de repente calles estrechas llenas de panaderías que olían a mantequilla de verdad. Hubo un momento en que paramos en un semáforo y vi a alguien paseando a su perro bajo la llovizna, ambos completamente despreocupados por el clima. Eso es París, sin duda.
Elegí este traslado privado desde CDG a París porque no quería lidiar con trenes o taxis después de un vuelo largo. Todo fue muy sencillo —Marc me esperaba justo fuera de llegadas, ayudó con todo (incluso con mi bolsa extra incómoda) y no me apuró cuando busqué la dirección del hotel en mi móvil. Si viajas solo o en familia (vi que tenía un asiento para niños guardado en el coche), quita ese primer estrés y te deja mirar alrededor: cómo cambia la luz al acercarte al centro o cómo la gente en París parece moverse a su propio ritmo. Todavía recuerdo esa primera vista de la ciudad a través del cristal mojado.
Tu conductor te esperará fuera de la recogida de equipaje en la zona de llegadas con un cartel con tu nombre.
Sí, cada pasajero recibe agua embotellada durante el viaje.
Si tu equipaje supera el espacio estándar para hasta tres personas, avísanos al reservar y te ofreceremos una furgoneta por un coste adicional.
Disponemos de asientos infantiles bajo petición; solo tienes que indicarlo al reservar.
Sí, el servicio está adaptado para personas en silla de ruedas.
Al reservar, añade fecha de llegada, número de vuelo, hora, dirección de destino y datos de contacto; recibirás la confirmación y un comprobante.
Sí, te dejamos en la dirección que indiques dentro de la ciudad de París.
Tu viaje incluye recogida justo en llegadas de CDG por tu conductor privado, que te ayuda con todo el equipaje; disfruta de agua embotellada durante el trayecto en un vehículo cómodo adaptado a tu grupo, con opciones para bebés o equipaje extra si lo necesitas, y traslado directo a cualquier punto de París.
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