Recorre el casco antiguo de Bordeaux resolviendo pistas que revelan historias ocultas tras lugares emblemáticos como Place de la Bourse y Grosse Cloche. Esta aventura autoguiada te permite explorar a tu ritmo y descubrir secretos que muchos visitantes pasan por alto.
Lo primero que me llamó la atención al pisar la amplia explanada cerca del Monument aux Girondins fue el bullicio de los locales: niños jugando entre las fuentes, alguien vendiendo castañas asadas (ese aroma se queda en el aire) y cómo la luz de la mañana acaricia esos caballos de bronce. Nuestra aventura digital empezó justo aquí, con un enigma sobre la historia del monumento. No es solo una estatua; es un recuerdo de la revolución, y tendrás que fijarte bien—hay una pequeña placa que casi nadie nota.
Desde ahí, nos dirigimos a Place des Quinconces, que parece demasiado grande para ser una plaza urbana. Los fines de semana puede que te topes con una feria vintage o la música de un carrusel que se escucha desde la orilla del río. Cerca está el edificio de la Banque de France, nuestra siguiente parada, y recuerdo haber entrecerrado los ojos para distinguir una fecha antigua tallada sobre la puerta (pista: es fácil pasar de largo si no prestas atención).
Place de la Bourse es donde Bordeaux se luce de verdad. La Garonne brilla justo detrás del espejo de agua, y si tienes suerte, escucharás músicos callejeros bajo los arcos. Nuestra pista aquí nos llevó a una terraza de café escondida—los locales tomando noisettes y charlando con esa calma tan típica de Bordeaux. El Grand Théâtre fue la siguiente parada; aunque no seas fan de la ópera, intenta asomarte. Los interiores de madera desprenden un leve aroma a barniz y a programas antiguos.
En Saint-Pierre me perdí un poco—es fácil con sus callejuelas estrechas—pero eso es parte de la gracia. Encontramos La Porte Dijeaux casi por casualidad, y luego volvimos para resolver otro acertijo en el Centro Jean Moulin (las historias de la II Guerra Mundial aquí son intensas pero fascinantes). El Museo de Aquitania me sorprendió con objetos desde la época romana hasta el comercio colonial—no te pierdas la sala de arte africano en la planta superior.
El tramo final nos llevó por la Plaza de la Victoria y pasamos por estudiantes descansando frente a antiguos edificios universitarios. Para entonces mis pies ya estaban cansados, pero no quería que terminara; cada pista era como descubrir una nueva capa de la historia de Bordeaux. Y sinceramente, resolver enigmas juntos nos hizo fijarnos en detalles que de otro modo habríamos pasado por alto—una talla desgastada aquí, un gárgola curioso allá.
¡Claro! Los acertijos son divertidos para todas las edades y puedes hacer pausas cuando quieras para descansar o tomar algo.
Necesitarás tu móvil con datos o WiFi para acceder a las pistas y avanzar por cada punto.
La mayoría tarda entre 2 y 3 horas, pero no hay prisa—puedes parar a tomar un café o hacer fotos cuando quieras.
La ruta es mayormente plana y apta para cochecitos, ideal para todos los niveles físicos.
Tu código de acceso móvil desbloquea 12 retos con historias por todo el casco antiguo de Bordeaux. Tendrás tiempo flexible (puedes pausar y continuar cuando quieras), además de contenido exclusivo inspirado en leyendas locales y hechos reales en cada parada.
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