Te equiparás con ropa térmica y aprenderás a conducir tu propia moto de nieve por ríos congelados y bosques nevados cerca de Rovaniemi, acompañado por un guía local que conoce cada rincón del camino. Prepárate para risas (y nervios), huellas de animales en la nieve fresca y momentos de silencio ártico que no olvidarás.
Me puse el casco y sentí ese olor a plástico y lana de la ropa de invierno prestada — no desagradable, más bien reconfortante. Nuestra guía, Sanni, sonrió al darme los guantes (“Tranquilo, ¡son lo suficientemente cálidos para el frío finlandés!”). El aire afuera era frío y claro, ese que hace que la nariz se te ponga roja. Subimos a las motos de nieve junto al río en Rovaniemi, con los motores zumbando suavemente bajo toda esa nieve blanca. Nunca había conducido una antes — pensaba que la iba a liar — pero las indicaciones de Sanni fueron claras y pacientes, incluso cuando apreté el acelerador demasiado fuerte y me asusté (y a ella también).
Los primeros minutos fueron como aprender a caminar de nuevo, pero más rápido y con nieve volando sobre la visera. Salimos al río congelado — se nota la diferencia en lo suave que es bajo las orugas. Hubo un momento en que todo quedó en silencio salvo el leve rugido de las máquinas; árboles cubiertos de escarcha a ambos lados, cielo azul pálido arriba. Sanni señaló unas huellas de animales cruzando el camino (“Probablemente zorros,” dijo), y traté de verlas mientras mantenía el equilibrio. Es curioso cómo enseguida empiezas a confiar en ti mismo y en esa extraña máquina bajo ti.
Nos detuvimos en medio del bosque para tomar aire — solo nosotros, rodeados de blanco infinito y esos pinos altísimos. Mi aliento salía en pequeñas nubes. Alguien bromeó con perdernos para siempre (esta vez no fui yo), y Sanni se rió, prometiendo que siempre sabe cómo volver a Rovaniemi. De regreso, me relajé y disfruté más la velocidad; hay algo en deslizarse sobre la nieve que te hace sentir pequeño y poderoso a la vez. Incluso ahora, días después, sigo recordando esa mezcla extraña de adrenalina y paz.
No se requiere experiencia; los principiantes son bienvenidos y el guía da todas las instrucciones necesarias.
El paseo en moto dura aproximadamente 1 hora.
El tour incluye traslado desde la oficina de Access Lapland hasta el punto de inicio y regreso.
Te darán casco, pasamontañas, guantes, botas y un traje térmico para mantenerte caliente.
Niños de al menos 140 cm pueden ir como pasajeros en la moto; los más pequeños pueden viajar en un trineo con tarifa infantil.
Sí, los conductores deben tener al menos 18 años y contar con licencia válida en Finlandia de categoría A1, T, A o B.
No se recomienda para personas con lesiones en la columna, problemas cardiovasculares graves o mujeres embarazadas.
Tu salida incluye traslado desde la oficina de Access Lapland al punto de inicio y regreso, toda la ropa de invierno como casco y traje térmico para que no pases frío, una hora conduciendo tu propia moto de nieve por la naturaleza de Laponia con un guía local en inglés que te dará instrucciones claras de seguridad antes de arrancar.
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