Recorre Colonial Williamsburg con un guía local, prueba pasteles de jengibre o galletas africanas mientras admiras decoraciones navideñas hechas a mano en edificios históricos. Descubre curiosidades sobre concursos de coronas y tradiciones de Virginia, y caliéntate con sidra caliente cerca de la iglesia Bruton Parish — momentos que recordarás mucho después de que se apaguen las luces.
Lo escuchas antes de verlo — el suave crujir de la grava bajo las botas mientras nos juntamos frente al Williamsburg Inn, todos abrigados y con las mejillas ya sonrojadas por el frío. Nuestra guía, la señora Carter, nos hace señas, su bufanda casi tan brillante como las coronas que adornan cada puerta. Reparte pequeños pasteles de jengibre (todavía calientes, de alguna manera) y nos cuenta que estas recetas tienen siglos de antigüedad — juro que en el mío sentí clavo y un toque ahumado. El aire huele a agujas de pino y humo de leña, justo lo que esperas aquí.
Emprendemos el camino por Duke of Gloucester Street, con lámparas parpadeando en nuestras manos porque el atardecer llega temprano en esta época. La señora Carter nos explica cómo están hechas las guirnaldas — manzanas, conchas de ostra, naranjas secas — nada de plástico ni luces estridentes. Se ríe cuando le pregunto si la gente se pone competitiva con sus coronas (“¡Claro! Hay categorías para todo.”). En un momento se detiene para mostrarnos una entrada decorada por artesanos locales; paso mis dedos por las hojas secas de magnolia, que son más ásperas de lo que imaginaba. Cerca alguien toca villancicos en un altavoz con sonido metálico — no es del siglo XVIII, pero encaja perfecto.
Cuando llegamos a la iglesia Bruton Parish, mis dedos están entumecidos pero no me importa. Suenan las campanas y la señora Carter nos habla del reverendo Goodwin y cómo salvó Colonial Williamsburg de caer en el olvido el siglo pasado. Cerca hay una pista de hielo donde los niños chillan y resbalan — tomamos sidra caliente (incluida si eres rápido) y nos quedamos un rato mirando. No es perfecto; a veces se siente el olor a caballo de los carruajes o se apaga la lámpara, pero la verdad es que eso lo hace más auténtico.
Sí, la ruta es accesible para sillas de ruedas y cochecitos.
Sí, ofrecen pasteles de jengibre o galletas africanas; bebidas calientes antes de las 7pm si están disponibles.
El grupo se reúne en el lobby del Williamsburg Inn para comenzar.
El recorrido ida y vuelta desde Merchants Square hasta el Capitolio es poco más de 1 milla.
Sí, el parking está incluido con la reserva.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carriola.
Los tours más tarde pueden ser más oscuros; se proporcionan lámparas pero los invitados pueden traer su propia linterna si quieren.
Tu experiencia incluye estacionamiento en un lote cercano, un guía privado certificado que conoce las tradiciones y normas de las decoraciones navideñas de Colonial Williamsburg, uso de dos lámparas para paseos nocturnos (aunque puedes traer la tuya), además de pasteles de jengibre o galletas africanas para picar durante el recorrido. También ofrecen chocolate caliente, café o sidra antes de las 7pm si están disponibles en la tienda de la pista de hielo.
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