Recorre el Willamette Valley en Oregon con un grupo pequeño y un guía local, visitando tres bodegas únicas para probar vinos y descubrir las historias detrás de cada copa. Disfruta un almuerzo tipo picnic entre las vides y tiempo para absorber vistas, sabores y momentos de calma entre sorbo y sorbo — es más que vino, es compartir un día real con gente real en lugares auténticos.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo la luz de la mañana iluminaba las vides: dorada y suave, como si todo el Willamette Valley estuviera filtrado a través de una copa de Pinot Gris. Nuestro guía, Mark, tenía una forma tan natural de contar las cosas; señalaba detalles que yo jamás habría notado, como cómo cambia la tierra justo en la curva del camino. Subimos a la van (éramos seis, todos de lugares distintos) y nos adentramos entre filas de viñas que parecían no tener fin. Alguien bromeó con eso de “vino para el desayuno” y, la verdad, nadie lo discutió.
En la primera bodega probé un Pinot Noir con un sabor casi terroso — no pesado, sino... auténtico. El enólogo estaba ahí sirviéndonos y empezó a contarnos sobre las cosechas y el clima como si fuéramos viejos amigos. Se percibía un leve aroma a cedro de las barricas cercanas. Intenté girar la copa como si supiera hacerlo, pero casi la derramo — Mark se rió y dijo que a todos nos pasa al menos una vez. La segunda parada tenía grandes ventanales con vistas a colinas verdes. Nos sentamos afuera un rato porque no parecía correcto no hacerlo. El almuerzo fue sencillo pero perfecto: quesos locales, pan aún tibio y una ensalada de pollo con hierbas. Todo sabía mejor compartido con desconocidos que de repente dejaron de serlo.
En la tercera bodega perdí la noción del tiempo. ¿Sabes esa sensación de estar simplemente... feliz? Así me sentí. El sol se volvió un poco más cálido y alguien empezó a hablar de qué botella se llevaría a casa si solo pudiera elegir una (una pregunta imposible). Nuestro guía nos contó sobre su primer trabajo recogiendo uvas cuando era adolescente — dijo que entonces lo odiaba, pero ahora no se imagina haciendo otra cosa. Escuchar esas historias justo en el lugar donde sucedieron se queda contigo mucho más que cualquier nota de cata.
El tour dura aproximadamente 7.5 horas desde la recogida hasta el regreso.
Visitarás tres bodegas diferentes durante el recorrido.
Sí, incluye un almuerzo tipo picnic en una de las bodegas.
No, las tarifas de cata se pagan por separado en cada bodega.
Sí, el servicio puerta a puerta está incluido para tu comodidad.
Los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; la edad mínima para beber es 21 años.
Es un tour en grupo pequeño compartido con otros viajeros.
El almuerzo es tipo picnic; si tienes necesidades dietéticas específicas, avísanos con anticipación si es posible.
Tu día incluye recogida y regreso puerta a puerta desde tu alojamiento, agua embotellada durante todo el recorrido, visitas a tres bodegas únicas del Willamette Valley con un guía local experto, y un almuerzo relajado tipo picnic servido en uno de los viñedos antes de regresar por la tarde.
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