Entra en el Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian de Washington DC con un guía experto que hace cobrar vida al Diamante Hope y las momias antiguas. Toca minerales, escucha historias de mundos perdidos y párate bajo una enorme réplica de ballena — todo a tu ritmo. Risas, asombro y momentos para recordar mucho tiempo después.
Apenas habíamos pasado seguridad cuando nuestra guía, Maya, sonrió y preguntó si alguien había visto alguna vez un diamante más grande que una uva. Me reí — la verdad, ni uno más grande que mi uña había visto. Nos llevó directo al Diamante Hope y juro que bajo esas luces parecía casi irreal. Hay un murmullo suave en la sala, gente susurrando en mil idiomas, todos estirando el cuello para verlo. La vitrina se sentía fría cuando me acerqué (quizá demasiado), y Maya nos contó que Marie Antoinette lo tuvo — una locura pensarlo.
Después fuimos a la sala de minerales. Huele un poco a metal, como monedas viejas o lluvia sobre piedra. Maya nos pasó un trozo azul verdoso — “Este es mineral de cobre,” dijo — y mis manos quedaron un poco ásperas al tocarlo. El aguamarina Dom Pedro brillaba dentro de su vitrina; es difícil explicarlo, pero parecía casi vivo. Pasamos junto a niños señalando huesos de mamut y padres más cansados que curiosos. Intenté pronunciar algunos nombres de minerales en voz alta; Li se rió cuando destrocé “rodonita.”
No esperaba sentir nada con las momias — pero estar a centímetros de esos rostros envueltos en lino te deja en silencio. Hasta Maya bajó la voz aquí, contándonos sobre rituales egipcios antiguos mientras avanzábamos despacio. De repente estábamos rodeados de osos polares (falsos), jirafas que nos miraban desde arriba y esa enorme ballena colgada en la Sala del Océano. El aire allí es más fresco, ¿casi salado? O tal vez solo mi imaginación volaba otra vez.
Al final estaba cansado pero con una energía extraña — hay tanto en esas salas que tu cabeza se llena de buena manera. Nos despedimos afuera; Maya saludó y me dijo que buscara “Phoenix” después (la ballena tiene cuenta en Twitter, al parecer). A veces todavía pienso en ese diamante brillando bajo las luces del museo, o en lo pequeño que me sentí junto a los animales — ¿sabes?
El tour dura aproximadamente 2 horas.
Sí, todas las áreas y superficies del tour son accesibles para sillas de ruedas.
El tour incluye la experiencia guiada; la entrada a los museos Smithsonian es gratuita.
Verás el Diamante Hope, el aguamarina Dom Pedro, momias egipcias reales, dioramas de animales y la Sala del Océano con su réplica de ballena.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos durante el tour.
Sí, algunas colecciones específicas pueden variar según la rotación del museo.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de la entrada del museo.
Se ofrecerá una alternativa adecuada si la apertura se retrasa más de 1 hora; no se hacen reembolsos por cierres.
Tu día incluye un tour privado de dos horas por el Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian en Washington DC, con acceso exclusivo a joyas y momias; rutas accesibles para sillas de ruedas durante toda la visita.
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