Navega por las aguas de St. Pete Beach con narración en vivo de tu capitán, disfruta de delfines salvajes surfeando justo detrás del barco (¡garantizado!) y déjate llevar por el sol y la brisa marina. Para todas las edades, con embarque y regreso en el mismo lugar. Solo lleva protector solar y prepárate para esos momentos en que todos se quedan en silencio.
Subimos al Dolphin Racer justo frente a St. Pete Beach, con el sol ya calentando mis hombros aunque aún no era mediodía. El capitán, con gafas de sol grandes y el pelo aclarado por el sol, nos saludó con una sonrisa como si fuéramos viejos amigos. Se olía la mezcla de protector solar y sal en el aire, mientras el motor rugía suavemente y los pelícanos se balanceaban cerca. Nuestro guía empezó a hablar de inmediato, señalando detalles del Golfo que nunca habría notado por mi cuenta (todavía no recuerdo la mitad de los nombres de aves que soltó, pero me encantó cómo decía “anhinga”—sonaba casi como un hechizo).
Los primeros veinte minutos fueron viento en la cara y risas de niños con cada salpicadura. De repente, justo cuando empezaba a dudar si eso del “surf garantizado con delfines” era cierto, alguien gritó desde atrás. Y claro, dos delfines se arqueaban justo tras nosotros, surfeando nuestra estela como si lo hicieran desde siempre (quizá así sea). Todos nos lanzamos a ese lado del barco; casi se me cae el móvil intentando sacar una foto y al final solo me quedé mirando. Verlos tan cerca, con sus lomos grises brillando al sol, te hace sentir una suerte rara.
El capitán no paró de contar historias, mezclando chismes locales con datos sobre delfines (“les encanta lucirse cuando los barcos van rápido,” dijo, y tenía sentido tras verlos). En un momento bajó la velocidad para que viéramos a un grupo girando en círculo —lo llamó “hora social,” y me hizo reír porque era justo eso. El agua tenía ese tono verde-azulado que solo ves en esta costa de Florida, y de vez en cuando olías algas o un poco de aceite según dónde estuvieras. No esperaba sentirme tan relajado; quizás era el ritmo de las olas o estar rodeado de gente sonriendo como tontos por los delfines.
Sigo pensando en el silencio que se hizo cuando todos paramos de hablar para ver un último salto justo antes de volver a la orilla. Fue un momento casi privado —aunque éramos treinta en el barco— y creo que eso fue lo que más me quedó.
El paseo dura entre 90 y 120 minutos.
Sí, el avistamiento de delfines surfeando está garantizado o tu próxima salida es gratis.
El barco parte justo frente a St. Pete Beach y regresa al mismo punto.
Sí, es para todas las edades, incluidos bebés en cochecito.
Protector solar y cámara para fotos son imprescindibles.
Sí, el capitán va contando todo durante el recorrido.
Se recomienda llegar 30 minutos antes para el check-in y embarque.
Tu salida incluye narración en vivo del capitán mientras recorres las aguas de St. Pete Beach en busca de delfines, con embarque fácil en un solo punto y regreso al mismo lugar tras cerca de dos horas en el mar.
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