Remarás por aguas tranquilas con un guía local en Shell Key Preserve, pasarás por túneles de manglares si la marea lo permite, buscarás delfines o manatíes y luego explorarás Shell Key Island a tu ritmo. Prepárate para risas, brisa salada y momentos que quedan mucho después de quitarte la arena.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente realmente escuchar el agua rozar suavemente tu kayak en vez de solo verlo en fotos? Así empezó mi aventura en Shell Key Preserve. Scott nos esperaba en ese arenal cerca de St. Petersburg—es local, conoce cada recoveco de estos manglares, y se nota que lo ha hecho mil veces pero sigue con la misma emoción. El sol ya picaba fuerte, pero una brisa salada mantenía todo fresco. Nos entregaron los kayaks (son robustos—el mío tenía una calcomanía medio despegada que me sacó una sonrisa) y Scott repartió chalecos salvavidas y silbatos. Bromeó diciendo que no los necesitaba a menos que quisiera cantar para los pájaros.
Al remar hacia la reserva poco profunda, veía pececillos que se escapaban bajo mi remo—tan rápidos que casi dudaba que estuvieran ahí. El agua apenas me llegaba a la cintura, lo que me relajó al instante (no soy precisamente nadador olímpico). Pájaros rozaban bajo sobre las praderas; un garza se quedó tan quieta que pensé que era de mentira hasta que parpadeó. Scott señaló unas huellas en la arena y trató de encontrar delfines para nosotros—sin promesas, pero logramos ver algo asomarse a lo lejos. ¿Un manatí? Difícil saber, pero todos guardamos silencio un momento solo para escuchar el suave chapoteo.
Lo mejor para mí fue atravesar esos túneles de manglares—si la marea lo permite, es como un pasillo secreto de la naturaleza. Había un aroma terroso, dulce y a tierra mojada a la vez. En un momento, mi remo se enganchó en una raíz y casi me caigo (Scott se rió y dijo que a todos les pasa). Luego desembarcamos en la isla Shell Key. Algunos se fueron a buscar conchas; yo me senté en la arena a secar los pies mientras veía pelícanos lanzarse en picada por peces. Era una paz que solo sientes cuando nadie te apura.
No esperaba sentirme tan conectado con un lugar después de solo unas horas remando con extraños que se volvieron amigos y un guía que realmente creció aquí. Aún hoy, cuando escucho el agua en otro lugar, recuerdo ese aire salado y esos momentos tranquilos bajo ramas entrelazadas—no sé por qué me quedó grabado, pero así fue.
La mayoría del recorrido es en agua de rodilla a cintura de profundidad.
No, en esta reserva de agua salada poco profunda no hay caimanes.
Sí, está pensado tanto para quienes nunca han remado como para kayakistas con experiencia.
El guía elige los mejores momentos para intentar avistarlos, pero no se garantiza que aparezcan.
Incluye kayak, remo, chaleco salvavidas (PFD) y silbato o señalizador.
Sí, los animales de servicio están permitidos en esta aventura en kayak.
Sí, tendrás tiempo para buscar conchas, nadar, hacer snorkel o simplemente relajarte en la isla.
Tu día incluye kayak resistente con remo, chaleco salvavidas (PFD) y silbato o señalizador—todo preparado por tu guía local antes de salir juntos a las tranquilas aguas de Shell Key Preserve.
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