Sube a un jeep privado en Sedona con tu guía al volante, recorre calles históricas y luego enfrenta las colinas y cañones más salvajes de Diamondback Gulch. Escucha historias de vaqueros y geología, para a ver marcas antiguas y prepárate para reír con los baches. Saldrás polvoriento pero con energía — no es un paseo cualquiera.
La verdad, no sabía bien qué esperar hasta que llegamos al punto de encuentro en Sedona y vimos el jeep: neumáticos enormes, polvo por todos lados, y nuestro guía, Joe, sonriendo como si supiera algo que nosotros no. Firmamos unos papeles (se sintió un poco oficial) y nos subimos. Los primeros minutos fueron un recorrido saltando entre viejas construcciones de piedra en el distrito histórico de Sedona. Joe nos señaló dónde se filmó alguna película — no recuerdo cuál, pero hizo una imitación de vaquero que nos hizo reír un montón.
Cuando entramos en Diamondback Gulch, la cosa se puso intensa. El camino no solo es accidentado, es como una montaña rusa de roca roja. Hubo una cuesta donde juraría que se me cayó el estómago — mi amiga gritó (aunque ella lo niega). Las vistas sobre los cañones del oeste son impresionantes, con capas de ese color óxido profundo y un silencio extraño, solo roto por el viento y el motor. En un momento Joe paró para que viéramos unos petroglifos antiguos — sabía un montón de geología y plantas, y hasta nos dejó oler una salvia del desierto que me quedó impregnada en las manos por horas.
Intenté sacar fotos, pero la mitad salieron movidas porque no paraba de reír o porque el jeep nos sacudía. Joe nos contó cómo los vaqueros cruzaban estos cañones a caballo (imposible de imaginar), y nos mostró qué cactus evitar — buen consejo porque mi hermano casi se choca con uno. También se permiten perros; vimos un golden retriever en otro jeep que parecía estar disfrutando como loco.
El sol empezó a esconderse tras esas enormes rocas mientras regresábamos al pueblo. Tenía el pelo lleno de polvo rojo y todavía la salvia en los dedos. No esperaba sentirme tan despierto después de solo unas horas ahí afuera — tal vez es el aire o el agarrarte fuerte al asiento la mitad del tiempo. En fin, si buscas una aventura off-road en Sedona que sea más salvaje que bonita, esta es tu opción.
Los niños deben tener al menos tres años para participar en este tour.
No, las mujeres embarazadas no pueden participar debido a la naturaleza extrema del recorrido off-road.
Sí, siempre se permiten perros en este tour.
Los jeeps tienen capacidad para hasta seis personas, dependiendo de su tamaño y peso.
No incluye recogida en hotel; el punto de encuentro es en Sedona.
Usa ropa cómoda que no te importe ensuciar y zapatos cerrados.
No incluye comidas; solo un tour narrado completo.
Tu día incluye impuestos locales y un paseo privado en jeep con guía que comparte historias sobre la geología, plantas, historia vaquera y más mientras recorres el terreno salvaje de Diamondback Gulch—solo trae tu espíritu aventurero (y tal vez un sombrero para el polvo).
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