Sube a un velero clásico en el puerto de Seattle, observa cómo el skyline se queda atrás y, si el cielo está despejado, podrás ver el Monte Rainier o las montañas Olímpicas. Dos horas de viento en la cara, historias locales, vistas desde Elliott Bay y esa sensación única de estar lejos de tierra firme por un rato.
Hay un momento especial cuando subes por primera vez al viejo velero en el Muelle 66: las cuerdas crujiendo, la madera bajo los pies, ese olor salado del Puget Sound mezclado con el aroma del café de algún termo. No podía dejar de mirar las velas, medio esperando meter la pata (tranquilo, no tienes que hacer nada). Nuestro capitán, al que todos llamaban Mike, gritó algo sobre que hoy se veía el Monte Rainier si teníamos suerte. No lo vi al instante, mis ojos seguían mirando la ciudad detrás de nosotros, todo cristal, grúas y esa forma tan peculiar de la Space Needle asomando.
Navegamos hacia Elliott Bay y de repente todo se volvió más tranquilo de lo que esperaba: solo el viento en las cuerdas y algunas gaviotas gritando arriba. Un niño señalaba los ferris cortando el agua, y alguien intentaba nombrar todas las montañas que se veían (yo llegué a decir “¿esa será la cadena Olímpica?”). El guía nos contó historias de barcos antiguos que atracaban aquí y que a veces, con suerte, se pueden ver orcas. No fue nuestro caso, pero la ciudad alejándose detrás de nosotros ya era un regalo. El tour por el puerto de Seattle dura dos horas, pero el tiempo allá afuera se siente raro: a la vez largo y corto.
Me apoyé en la barandilla casi todo el tiempo, dejando que el viento me enfriara las manos y escuchando a la gente contar de dónde venían. Había una pareja de Texas que nunca había visto montañas tan cerca; no paraban de hacer fotos de todo, hasta de las nubes. La tripulación se movía en silencio, pero respondía cualquier pregunta (quizá pregunté demasiado sobre cómo funcionan los veleros grandes). A bordo hay baño, algo que agradecí después de mi tercer café, un detalle pequeño pero que marca la diferencia. Regresamos mientras el sol bajaba, tiñendo de oro todas las ventanas del centro. A veces todavía recuerdo esa vista cuando escucho gaviotas en casa.
El tour sale del Muelle 66, Bell Harbor Marina, en Seattle.
El paseo dura aproximadamente 2 horas en Puget Sound.
Sí, el velero cuenta con baño a bordo.
Puedes usar cochecitos para llegar al muelle; se guardan con seguridad allí, pero no se permiten a bordo por espacio limitado.
Sí, es ideal para familias y apto para todos los niveles de condición física.
En días despejados es posible ver el Monte Rainier y las cadenas montañosas Olímpica y Cascade desde Elliott Bay.
Sí, los animales de servicio están permitidos a bordo durante el tour.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del Muelle 66, Bell Harbor Marina.
Tu día incluye dos horas a bordo de un velero clásico saliendo del Muelle 66, con tripulación local que comparte historias mientras navegas por Elliott Bay; baños disponibles para tu comodidad durante el tour por el puerto de Seattle antes de regresar a tierra.
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