Pisarás el suelo de cristal giratorio del Space Needle, te recostarás en bancos inclinados con vistas a Seattle, y recorrerás Chihuly Garden and Glass donde el color llena cada rincón. Verás demos en vivo de soplado de vidrio, sacarás fotos digitales gratis y te dejarás llevar entre vistas urbanas y arte salvaje—todo se mezcla de forma increíble.
Lo primero que recuerdo es el ligero chirrido de mis zapatos sobre el suelo de cristal—sí, el suelo mismo—del Space Needle. Era temprano en la tarde, un poco nublado pero con esos claros azules que a veces aparecen en Seattle. No paraba de mirar hacia abajo, a través de mis pies, viendo la ciudad girar debajo (el suelo se mueve, por cierto), y juro que sentí un pequeño vuelco en el estómago. Nuestra guía—bueno, más bien el personal que nos entregó las tarjetas con fotos digitales—se rió cuando dudé en dar el paso. “Te acostumbras”, me dijo. No estoy seguro de haberlo hecho, pero valió la pena por esa vista sobre Elliott Bay, toda plateada y agitada.
Después de apoyarnos contra esas paredes de cristal inclinadas (mi amigo me retó a probar todos los bancos Skyriser—logré sentarme en tres antes de echarme atrás), nos fuimos caminando hacia Chihuly Garden and Glass, que está justo al lado. El aire olía a verde por el jardín, mezclado con algo dulce que venía de uno de los puestos de comida afuera. Dentro, reinaba el silencio salvo por voces bajas que rebotaban entre esas obras de vidrio—esos colores salvajes que se retuercen en el Glasshouse. Había una galería donde la luz daba justo en una escultura roja y hacía que todo brillara con un calor extraño; no esperaba sentirme tan pequeño bajo ese vidrio soplado.
Vi parte de una demo en vivo—uno de los artistas explicando cómo moldean el vidrio fundido con esas largas varas metálicas. Bromeó sobre una vez que casi se quema las cejas (“no lo recomiendo”), y todos nos reímos. También nos dieron fotos digitales gratis aquí (todavía guardo la mía). Me gustó que pudieras pasear entre las galerías o sentarte afuera entre esas esculturas azules puntiagudas sin que nadie te apurara.
Si estás pensando en un día para visitar el Space Needle y Chihuly Garden and Glass en Seattle, ten en cuenta que no es solo ver lugares famosos—es raro cómo te conecta mirar montañas un minuto y perderte en colores al siguiente. Aún recuerdo ese brillo rojo cuando afuera está gris en casa.
Primero canjearás tu voucher en Chihuly Garden and Glass para obtener tu entrada con hora asignada para ambas atracciones, aunque quieras ir al Space Needle primero.
Sí, ambas atracciones son totalmente accesibles para sillas de ruedas, incluyendo todas las áreas y superficies.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de ambas atracciones.
Tu ticket incluye acceso a las dos atracciones más fotos digitales gratis en cada lugar; en Chihuly Garden también tienes acceso a charlas y demos en vivo de soplado de vidrio.
Al canjear tu voucher recibirás una entrada con hora asignada; la hora dependerá de la disponibilidad al llegar.
Sí, los animales de servicio están permitidos en ambos sitios.
Sí, es apto para todas las edades y niveles de movilidad; también se permiten cochecitos.
Tu día incluye entrada al Space Needle de Seattle—con su suelo de cristal giratorio y terraza exterior—y a Chihuly Garden and Glass al lado; además, descargas gratuitas de fotos digitales en cada lugar, acceso a charlas diarias y demostraciones en vivo de soplado de vidrio durante tu visita.
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