Entra al Museo del Vuelo de Seattle y pasea entre aviones legendarios como el Concorde y el Air Force One. Prueba simuladores de vuelo, explora la fábrica original de Boeing y asómate a un simulador real de transbordador espacial — todo con tu entrada incluida. Prepárate para momentos que recordarás mucho después de irte.
¿Conoces esa mezcla extraña de olor a combustible de avión y metal antiguo? Fue lo primero que sentí al entrar al Museo del Vuelo en Seattle, justo después de que las puertas automáticas se cerraran detrás de nosotros. Un zumbido suave llenaba el aire, como si el edificio guardara el eco de todos esos motores. Apenas habíamos comenzado y ya veía el morro de un Concorde asomando en la Gran Galería, con la luz del sol reflejándose en su piel blanca. Mi sobrino me tiró de la manga señalando un avión espía negro que parecía sacado de una película.
Nuestro guía local — Mark, creo — tenía una manera de contar historias que hacía que olvidaras que estabas en un museo. Nos mostró dónde estuvo la primera fábrica de Boeing (todavía está ahí, escondida en una esquina) y luego nos invitó a subir a un viejo Air Force One. Los asientos se sentían duros y ásperos al tacto; sinceramente, no me imagino a ningún presidente echándose una siesta ahí. En el Pabellón de Aviación, mientras la lluvia golpeaba el techo, caminamos bajo el vientre de un 747. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, salvo por la risa de un niño que se burlaba de su papá intentando pronunciar “aeronáutica”.
Probé uno de esos simuladores de vuelo de movimiento completo — digamos que piloto no voy a ser nunca (mi sobrino todavía se ríe de mi aterrizaje forzoso). Terminamos en la Galería Espacial, mirando hacia arriba el simulador del transbordador espacial con sus paneles abiertos y luces parpadeando. Olía un poco a plástico y a algo más… ¿quizás esperanza? No sé cómo describirlo, pero ese olor se me quedó grabado en el viaje de regreso en bus.
El Museo del Vuelo exhibe más de 160 aviones y naves espaciales en su recinto.
Sí, el museo es completamente accesible para sillas de ruedas y el transporte cercano también lo es.
Sí, hay simuladores de vuelo tanto de movimiento completo como en 3D para que los visitantes los prueben.
Sí, la entrada incluye la visita al Air Force One como parte del recorrido.
Los bebés y niños pequeños son bienvenidos; se pueden usar cochecitos o carriolas dentro del museo.
Sí, hay opciones de transporte público cerca para llegar fácilmente.
Tu entrada incluye acceso a todas las galerías y exhibiciones dentro del museo.
Tu día incluye una entrada que te da acceso a todas las galerías del Museo del Vuelo en Seattle — desde recorrer aviones icónicos como el Air Force One y el Concorde hasta explorar exhibiciones interactivas y probar simuladores de vuelo a tu ritmo.
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