Te llevarás tu propia pintura, aunque nunca hayas pintado antes. El ambiente es relajado y amigable; está a un paso de La Plaza de Santa Fe y es perfecto para cumpleaños o para probar algo nuevo.
El estudio está escondido a solo una cuadra de La Plaza, subiendo una vieja escalera que huele a pintura y cera para madera. Llegué temprano, justo a tiempo para echar un vistazo a los lienzos coloridos que decoran el pasillo y charlar con una pareja de Denver que también reservó a última hora. Nuestra instructora, Robbi, nos recibió con una sonrisa enorme y preparó delantales, pinceles y lienzos blancos bien gruesos. Tiene esa facilidad para hacerte sentir en casa, aunque no hayas tocado un pincel desde la escuela.
Empezamos metiendo las manos en la pintura—literalmente. Robbi nos enseñó a mezclar colores (jamás imaginé cuánto cambia un toque de ocre), y luego nos mostró cómo sujetar el pincel para distintos trazos. De fondo sonaba música suave, algo tranquilo, tal vez Norah Jones, y la luz que entraba por esas ventanas antiguas hacía que todo brillara. Paso a paso seguimos sus indicaciones, pero nos animó a improvisar cuando nos sintiéramos listos. Al final, mi cuadro no se parecía en nada al de mi vecino—y esa era la idea. Todos nos fuimos con algo totalmente nuestro, listo para enmarcar.
¡Claro! En reservas privadas como cumpleaños o despedidas, puedes traer vino o snacks.
No necesitas experiencia. La instructora guía a todos paso a paso y te ayuda a encontrar tu estilo mientras avanzas.
El estudio está en un edificio histórico sin ascensor; hay que subir un tramo de escaleras para llegar.
No, todo está incluido: pinceles, lienzos, pinturas y delantales, listo para cuando llegues.
Incluye todos los materiales para pintar (lienzo, pinceles), uso de un estudio profesional cerca de La Plaza y guía paso a paso de una artista local con experiencia. Te llevarás tu obra terminada, lista para enmarcar.
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