Vuela sobre el desierto de Sonora en Phoenix al amanecer, con vistas a Camelback Mountain y quizá algún animal salvaje. Tras casi una hora de vuelo, aterrizarás para brindar con champán y disfrutar un desayuno gourmet en pleno desierto, acompañado de las historias de tu piloto local.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se ve Phoenix desde lo alto, justo antes de que el sol empiece a despertar? Yo no pensaba que me pondría nervioso, pero parado en el estacionamiento del aeropuerto Deer Valley, viendo cómo inflaban nuestro globo, las manos se me pusieron más frías que el aire de la mañana. Nuestro piloto, Mike, tenía esa calma que transmite confianza (lleva décadas volando), y eso ayudó más que cualquier café. Cuando finalmente despegamos, todo estaba en silencio, salvo el sonido ocasional del quemador y alguien detrás mío susurrando un “wow”.
El desierto de Sonora desde arriba es otro mundo. Ves esos pequeños cauces y las sombras de los saguaros que parecen no tener fin. Mike señaló Camelback Mountain a un lado (realmente parece un camello si lo miras con atención) y algunos jabalíes salvajes allá abajo — nunca pensé que vería animales desde un globo aerostático. La luz cambiaba cada minuto; un segundo todo era dorado y al siguiente ya podías ver cómo el centro de Phoenix comenzaba a despertar en la distancia. También hay un aroma allá arriba, algo fresco y polvoriento, como el desierto después de la lluvia, aunque no haya llovido en semanas.
No esperaba que el aterrizaje fuera tan suave (me preparé para algo más movido). Tocamos tierra en medio de la nada —o al menos así parecía— hasta que vi una mesa puesta con manteles y vajilla de verdad, justo en la arena. Alguien me pasó una copa de champán (o sidra si prefieres), y todos nos reímos un poco de lo surrealista que era desayunar rodeados de cactus. Hay una ceremonia tradicional para quienes vuelan por primera vez —Mike la recitó con una sonrisa— y la verdad, me hizo sentir parte de algo más grande que solo un paseo. Sigo pensando en esa vista del amanecer días después.
El vuelo dura aproximadamente entre 45 y 60 minutos.
Sí, puedes elegir la opción de recogida y regreso al hotel al reservar.
Verás Camelback Mountain, el centro de Phoenix a lo lejos, la flora local y posiblemente animales como jabalíes.
Sí, al aterrizar te sirven un desayuno gourmet con champán o sidra en una mesa montada en el desierto.
El punto de encuentro es el estacionamiento para paseos en globo del aeropuerto Deer Valley, salvo que elijas traslado desde el hotel.
Los niños deben tener al menos 5 años y medir 1.22 metros para poder subir.
No, no se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones o cirugías recientes.
Tu mañana incluye traslado de ida y vuelta desde el hotel si eliges esa opción, un vuelo en globo de aproximadamente una hora sobre el desierto de Sonora con vistas a Camelback Mountain, seguido de un brindis con champán o sidra y un desayuno gourmet servido en vajilla real en el lugar de aterrizaje. Además, recibirás un certificado conmemorativo antes de regresar a la ciudad.
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