Entra a Grand Central con un guía local y descubre secretos insólitos — desde su techo al revés hasta una cancha de tenis escondida y un bar elegante con historia. Escucha relatos de cines perdidos y túneles VIP mientras recorres el corazón de Midtown Manhattan. Historia y vida cotidiana se mezclan, y nunca volverás a ver las estaciones de tren igual.
Entramos directo al vestíbulo principal de Grand Central, y la verdad, parecía que estábamos en el set de una película — aunque podías oler las nueces tostadas del puestito junto al reloj. Nuestro guía, Mike (que creció en Queens), nos llamó junto a la vía 29 con un cartel que decía “Untapped New York”. Tenía esa energía auténtica neoyorquina — hablaba rápido pero con gracia. Lo primero que nos señaló fue el techo. Nunca me había fijado que estaba pintado al revés. Hay algo especial en estar ahí, mientras la gente corre a tu alrededor, y tú solo miras hacia arriba esas estrellas que alguien pintó mal hace más de cien años.
Nos metimos por puertas laterales y pasillos estrechos que juro que nunca había visto, aunque he pasado por Grand Central un montón de veces. Mike nos paró cerca de un lugar donde se podía asomar a unos pasillos de cristal arriba — nos contó que eran para VIPs en su época (traté de imaginar a FDR cruzando por ahí a escondidas). Luego dimos con un bar de cócteles antiguo escondido detrás de lo que antes era una oficina — ¿y resulta que también fue cárcel en algún momento? El barman nos miró como si supiera secretos que nosotros no. Todavía olía un poco a cítricos y algo ahumado, ¿quizá bitters?
Confieso que descubrir que hay una cancha de tenis oculta arriba me voló la cabeza. Mike se rió cuando pregunté si alguien realmente juega ahí (“¡A veces! Si sabes a quién pedir permiso.”). Salimos un momento para ver el Chrysler brillando entre las nubes — la luz reflejándose en esos bordes metálicos. Para entonces mis pies ya estaban cansados, pero no quería irme todavía. Hay algo en escuchar historias antiguas en un lugar que creías conocer que te hace ver la ciudad con otros ojos. Hasta ahora me sorprendo mirando hacia arriba, por si acaso.
El recorrido comienza en el vestíbulo principal de Grand Central, frente a la vía 29.
Sí, tanto la estación como el tour son accesibles para personas en silla de ruedas.
No hay una duración exacta, pero tendrás tiempo suficiente para explorar varios rincones ocultos dentro de la terminal y lugares cercanos.
Sí, cada participante recibe un auricular para escuchar claramente al guía.
Sí, saldrás brevemente para ver sitios emblemáticos como el Chrysler y el skyline de Manhattan.
No hay recogida; el punto de encuentro es directamente en Grand Central Terminal.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos durante el recorrido.
Un guía turístico autorizado de Nueva York, que además es local de la ciudad, lidera cada grupo.
Tu experiencia incluye auriculares personales para que no te pierdas ninguna historia de tu guía neoyorquino mientras exploras rincones secretos de Grand Central y los alrededores de Midtown a pie.
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