Recorre los caminos menos transitados de Napa Valley en un grupo pequeño, guiado por un local que conoce cada historia de viñedo. Prueba vinos directamente de manos apasionadas, disfruta un picnic bajo robles centenarios y ríe con nuevos amigos mientras descubres botellas que quizás nunca habrías probado. Aquí encontrarás calidez, no solo del sol, y recuerdos tan ricos como cada copa que saborearás.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo la luz de la mañana iluminaba las vides, como un dorado casi meloso, si eso tiene sentido. Nuestro guía, Sam, llegó justo frente a nuestra pequeña posada en Napa Valley (me preocupaba encontrar el punto de encuentro, pero nos recogieron sin problema). Éramos como diez en la camioneta, todos medio dormidos y con café en mano. Alguien bromeó con el “vino para el desayuno” antes de salir de la ciudad. Esa vibra me gustó desde el principio.
Empezamos a recorrer caminos secundarios que nunca habría encontrado por mi cuenta; Sam parecía conocer cada atajo y cada historia. En la primera bodega, lo que más recuerdo fue el aroma: barricas y un olor a tierra mojada después de la lluvia. Las manos del enólogo estaban teñidas de púrpura en los bordes; nos sirvió un vino brillante y ácido mientras nos explicaba por qué esta zona de Napa recibe la niebla matutina perfecta para las uvas. Intenté sonar como si supiera qué era el “terroir”, pero seguro no lo logré. A nadie le importó, todos estábamos felices y con ganas de aprender.
El almuerzo fue bajo un viejo roble en la segunda parada: un picnic de verdad con quesos que se notaban diferentes (algo que normalmente no distingo), y pan fresco aún tibio en el centro. Pasamos las botellas y compartimos historias sobre de dónde veníamos. Justo cuando nos sentamos salió el sol; el sombrero de alguien voló hacia el césped y todos soltamos una risa fácil y relajada. No parecía un tour, sino una invitación de amigos que saben mucho de vino.
Sigo recordando esa última copa en la tercera bodega, un vino floral que se quedó en el paladar mucho después de irnos. El camino de regreso fue tranquilo, de esos silencios buenos en los que no hace falta hablar porque estás lleno (de comida o de felicidad). Sam nos dejó justo en la puerta del hotel, lo que fue un alivio después de tanta cata. Así que sí, si buscas una escapada en Napa Valley que sea relajada pero auténtica, este tour en grupo pequeño es justo lo que necesitas.
El tour incluye paradas en tres bodegas diferentes en caminos secundarios de Napa Valley.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos si tu alojamiento está dentro de las localidades del área del tour (no en San Francisco).
Se ofrece un picnic al aire libre en una de las bodegas durante la excursión.
El grupo típico tiene entre 8 y 12 personas por vehículo.
Puedes informar sobre requerimientos dietéticos al hacer la reserva para que los adapten.
Sí, se incluye agua embotellada para todos los participantes durante todo el tour.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour en grupo pequeño.
La recogida está disponible en las localidades dentro de la región principal del tour, pero no en hoteles de San Francisco.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en las localidades centrales de Napa (no San Francisco), transporte en una camioneta pequeña con agua embotellada, tres paradas en bodegas únicas con catas guiadas por expertos locales, y un picnic al aire libre en uno de los viñedos antes de volver cómodamente al punto de partida.
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