Deja Denver atrás para una auténtica caminata invernal en las Montañas Rocosas, guiada por expertos locales que conocen cada sendero y condición. Prepárate para nieve, avistamientos de fauna (si tienes suerte), un almuerzo al aire libre con sándwiches contundentes y muchas historias en el camino. Este tour es para quienes quieren sentir el lado salvaje de Colorado, aunque las mejillas se queden frías.
Ya estábamos subiendo por la carretera cuando nuestro guía, Sam, señaló una manada de alces justo al borde del camino. Apoyé la frente en la ventana fría del van — se veía el vapor de su aliento en el aire. Hay algo especial en dejar atrás Denver y ver cómo la ciudad se desvanece, reemplazada por pinos y ese aire puro y cortante que solo se siente aquí arriba. El paso por Boulder fue rápido, pero alcancé a ver murales coloridos y gente abrigada con sus cafés en mano. Parecía que todos tenían prisa, menos nosotros.
Estes Park parecía dormido bajo su capa de nieve, pero nuestro grupo estaba bien despierto — quizás por los nervios o la altura. Sam repartió microcrampones (nunca los había usado, parecían sacados de una película de supervivencia invernal) y preguntó si alguien necesitaba otra capa. También preguntó por alergias o preferencias para el almuerzo; murmuré que sin mayonesa y lo anotó sin hacerme sentir raro. Empezamos por un sendero que eligió en el último momento porque escuchó que otro estaba muy lleno. Esa flexibilidad me dio más confianza que cualquier folleto turístico.
La caminata fue… bueno, no fácil pero tampoco imposible. Se siente cómo el corazón trabaja más en esta altura — mis mejillas estaban entumecidas pero las manos sudaban dentro de los guantes. Alguien del grupo vio una oveja de las Rocosas en una cornisa, parada y mirándonos como si fuéramos el espectáculo. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, solo se oía el crujir de las botas y el viento entre los árboles — todavía recuerdo ese silencio cuando estoy atrapado en el tráfico en casa.
El almuerzo fue sencillo: sándwiches bien envueltos, comidos sentados en una roca con la nieve derritiéndose alrededor de nuestras botas. El pan tenía ese aroma a panadería (o tal vez era que tenía mucha hambre). Sam nos contó historias de tormentas que había atravesado — el año pasado alguien intentó subir en zapatillas y se arrepintió a mitad de camino. Nos reímos, pero la verdad es que entendí por qué la gente subestima estas montañas hasta que las vive de cerca.
La caminata es moderada y cubre entre 6 y 8 kilómetros dentro del Parque Nacional Rocky Mountain.
Sí, el transporte está incluido desde Union Station en el centro de Denver.
Vístete con ropa abrigada, zapatos impermeables y calcetines de lana; se proporcionan microcrampones en invierno y temporada intermedia.
Incluye un almuerzo con sándwich local si reservas con al menos 24 horas de anticipación; pueden atender necesidades dietéticas si avisas con tiempo.
La edad mínima para participar es de 8 años.
Es posible avistar alces, aves rapaces u ovejas de las Rocosas, según las condiciones y la suerte.
El guía puede modificar el itinerario o elegir otro sendero según el clima o el estado de la nieve para garantizar la seguridad.
Por favor lleva una botella reutilizable; habrá puntos para rellenar agua durante la excursión.
Tu día incluye recogida en Union Station, transporte completo hacia las Rocosas, microcrampones para senderismo invernal si es necesario, guía certificado local que elige rutas según las condiciones diarias, puntos para rellenar agua (solo trae tu botella) y un almuerzo con sándwich local — siempre que reserves con más de 24 horas de anticipación o informes tus necesidades dietéticas.
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