Únete a locales y viajeros para posar junto al famoso cartel de Las Vegas, recorrer casinos icónicos con las historias de tu guía, tomar fotos en la deslumbrante Sphere y ver la Strip desde 168 metros en la rueda High Roller. Risas, neón a tope y momentos que te sorprenderán.
Confieso que al principio me sentía un poco nervioso con eso de “Vegas de noche” — es mucho para asimilar. Pero parado frente al cartel “Welcome to Fabulous Las Vegas”, con todos sonriendo (y un par fingiendo casarse para la foto), entendí que esta ciudad está hecha para esos momentos. Nuestro guía, Marcus, tenía una forma de contar historias que hacía que hasta el tráfico pareciera parte del espectáculo. Señalaba detalles que nunca habría notado solo — como por qué el Venetian huele a vainilla o cómo la gente se pone en ciertos ángulos para las fotos por los reflejos de neón.
La brisa entrando por las ventanas abiertas mientras recorríamos la Strip fue un alivio — Vegas puede ser agobiante rápido. Pasar por lugares como Caesars Palace y Mandalay Bay se sentía raro, como sacado de una película, pero verlos brillando en vivo es otra cosa. No paramos en la Gold & Silver Pawn Shop (la de Pawn Stars), pero Marcus soltó una broma sobre su tío que intentó empeñar un traje de Elvis ahí una vez. Aún no sé si hablaba en serio. Luego vino Wedding Chapel Row; tantas capillas diminutas apretadas, cada una con su propia historia. Las luces aquí son casi demasiado, pero de la mejor manera.
El centro de Las Vegas fue cuando todo se puso más intenso — la música rebotando en los edificios de Fremont Street, gente con disfraces locos saludando a nuestro grupo bajo ese enorme techo LED. Marcus contó algunas leyendas urbanas bastante locas sobre casinos antiguos y avistamientos de famosos (no sé si me creo la mitad). Después paramos para fotos en la Sphere — es gigante de cerca, y cuando se encendieron los LEDs, se sentía cómo todos se detenían un momento a mirar.
Lo último fue mi parte favorita: subir a la rueda de observación High Roller. La cabina se sentía extrañamente tranquila después de tanto ruido afuera. Ver las fuentes del Bellagio desde arriba — pequeñas explosiones de luz y agua sobre un mar de luces de ciudad — me hizo desear poder frenar el tiempo un rato. Así que sí, si piensas en un tour por la Strip de Las Vegas con alguien que realmente conoce la ciudad (y tiene historias dudosas de Elvis), este recorrido te hace sentir que estás dentro de todo, no solo mirando desde afuera.
Sí, incluye transporte ida y vuelta desde hoteles en Las Vegas.
No, solo se pasa en coche, no hay parada en la Gold & Silver Pawn Shop.
El paseo en la High Roller dura aproximadamente 30 minutos.
Sí, niños desde 2 años pueden unirse; hay asientos especiales para bebés.
El tour es accesible para todos los niveles físicos; hay transporte público cerca.
Sí, contarás con un guía experto local durante toda la experiencia nocturna.
Tu entrada para subir a la rueda High Roller está incluida.
Verás lugares como Fremont Street Experience, Wedding Chapel Row, la Sphere y los famosos casinos a lo largo de la Strip.
Tu noche incluye recogida y regreso al hotel en Las Vegas, agua embotellada para el camino (que fue un alivio), narración completa de tu guía local que comparte datos y anécdotas curiosas mientras pasas por casinos y capillas de bodas en el centro—y tu ticket para subir a la rueda High Roller antes de volver al hotel ya entrada la noche.
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